Lo que me pica es la vida

Ojos de perra azul

Lo que me pica es la vida
Lo que me pica es la vidaCortesía de la autora
Por:

Hablo mucho o sufro de mutismo. Estoy inquieta. Sale el sol a mediodía, graniza por las tardes y en las noches zumban los insectos a mi alrededor. No son los aguijones ni el clima lo que me produce escozor. Es la vida, igual que el amor, lo que me saca ronchas. No encuentro términos medios. Nací deprisa y desde entonces muero porque no muero. Amo hasta sangrar, me entierro en la carne y en los huesos. Nunca indiferente, nada me da igual. Estoy sola y acompañada, voy conmigo y mis pesares, a veces quiero perderme para siempre.

Soy la peor novia, la mejor amante, la fiel amiga, me quieren o me odian. Corro deprisa, bailo a mi manera el tango, no importa el paso sino el abrazo ardiente y seductor. Busco sin saber qué buscar, me tumbo en el suelo para mirar el techo poblado de musarañas, no encuentro una respuesta, sólo grietas por las que quisiera escapar hacia algún hoyo negro, radiación luminosa, polvo enamorado. Quiero estar en todas partes y en ninguna, ser ave entre las aves fabulosas, roc o alicanto, ola entre las olas de los mares procelosos, un maesltrom que se trague la inercia de la rutina, asfixia.

Mis extremos y yo, la comezón interna, el hormigueo intelectual. Todo o nada y viceversa, me jalan hacia un lado, hacia otro, tortura que desmiembra el cuerpo y los sentidos.

Soy la peor novia, la mejor amante, la fiel amiga, me quieren o me odian .

DE LA BOCA ME SALEN FLORES, colibríes, mariposas, me desbordo porque quiero contar mi historia a fondo, vocabulario incontenible. Del pecho brotan voces en concierto, polifonía de pensamientos. Al cantar soy sirena que abisma al desastre, entono la melodía de mis indistintos instintos. En cada pausa vibra la esperanza de jamás callar. Una oración tras otra, no puedo parar, no sé si me comprendes o te haces el que no. Mi aliento es un tornado que arrebata a quien esté sentado frente a mí, discurso en desorden, aturde, enloquece. Grito con el cuerpo entero, con la piel y con los ojos. Digo de otra forma lo que no sé ni quiero explicar. En mi mente se traspapelan ideas imposibles, lluevo por fuera y por dentro, provoco relámpagos para alumbrar tu rostro. Si enmudezco, la garganta me aprieta con nudos marineros que de un golpe desato.

NO SE ACABA NUNCA lo que tengo que decir, experimentar, crear. Las palabras me rascan, aquietan mis ansias, alivian mis penas. Por eso te escribo y te clavo en mis letras. Sólo así me calmo.

*** Maté dos pájaros de un trío.