Nuevo museo de largo aliento

AL MARGEN

Louis-Michel van Loo, Retrato de Isabel Farnesio, óleo sobre tela, 1737.
Louis-Michel van Loo, Retrato de Isabel Farnesio, óleo sobre tela, 1737. Foto: Galería de Colecciones Reales

El verano inició en España con bombo y platillo. Un nuevo museo ha abierto sus puertas en Madrid, tras décadas de espera y de generar una enorme expectativa: se trata de la Galería de las Colecciones Reales. Con varias jornadas de acceso gratuito como preámbulo a su inauguración oficial el próximo 25 de julio —la cual será presidida por los reyes—, durante los días 29 de junio y del 5 al 7 de julio, el público atiborró las salas que desde 2006 habían estado en obra. La noticia del espacio hecho realidad no sólo ha entusiasmado a los propios españoles, sino en realidad al mundo entero, pues ha sido un proyecto del que se han recibido actualizaciones a cuentagotas a lo largo de todo estos años y que desde un inicio se ha perfilado como una nueva institución global que rivalizará con sus más famosos pares europeos, entre ellos el Museo del Louvre y la National Gallery londinense.

LA GALERÍA DE COLECCIONES REALES, en ese sentido, ha sido el proyecto museístico más ambicioso y también más significativo de España en las últimas décadas, como bien lo describe la página web de Patrimonio Nacional,1 institución de la que depende. Y lo ha sido no solamente por sus implicaciones a nivel cultural o la vastísima colección que exhibirá, sino también por lo que ha representado en faceta de obra tanto urbana como arquitectónica.

Se trata de un recinto sobrio excavado en la roca en el pleno centro de Madrid: abarca desde el Campo del Moro hasta la Plaza de la Armería. Se trata, además, de un edificio de enorme escala, con una superficie de más de 40 mil metros cuadrados —ocho mil de ellos destinados al uso público—, y con tres naves de 103 metros de largo y 16 de ancho, en las que se encuentran las salas de exposición. Obra de Luis M. Mansilla y Emilio Tuñón, el inmueble en sí mismo ha sido uno de los motivos por los que el museo ha generado tal expectativa pues a la fecha, y aún sin estar abierto al público, ha acumulado una decena de reconocimientos de arquitectura, entre ellos el primer premio del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (2016) y el American Architecture Prize (2017).

Es también una gran lección de cómo actualizar espacios históricos e integrar obras contemporáneas en zonas patrimoniales. A diferencia de casos previos, donde las estructuras actuales parecen invasivas —pensemos en la famosa pirámide del Louvre, hoy quizá más arraigada pero aún polémica, o la hipercontemporaneidad del Museo Pompidou entre edificios decimonónicos—, esta nueva galería se integra al entorno en su horizontalidad y geometría, al respetar las mismas alturas de sus vecinos, así como los volúmenes de los cuerpos principales. No parece haber, pues, en Mansilla y Tuñón un afán protagónico ni grandilocuente —del cual a menudo pecan los arquitectos de nuestro tiempo—, sino una gran sensibilidad para entender el paisaje histórico y, por lo tanto, establecer un diálogo con éste sin arriesgar su propia identidad.

Entender lo que es el Patrimonio Nacional de España también nos acerca a vislumbrar la gran envergadura de esta nueva galería, que se anuncia como el principal instrumento de proyección de ese ministerio. Autodefinida como única en el mundo dentro del ámbito histórico y cultural, su principal misión es conservar mil inmuebles, 170 mil obras de arte y 18 mil hectáreas de áreas verdes. En este acervo se encuentran 19 palacios, reales monasterios y casas de campo, todos ellos ubicados en seis comunidades autónomas, además de importantes piezas firmadas por los pinceles más destacados de la historia del arte universal. Como parte de sus actividades, cuyo fin es poner el disfrute de ese patrimonio a disposición del público, así como promover la cultura en todas sus expresiones, ofrece conciertos, conferencias, talleres y publicaciones. No es, entonces, poca cosa el énfasis que se ha brindado a este nuevo espacio como centro neurálgico de su oferta. A primera vista esto nos habla de lo que va a representar la Galería de las Colecciones Reales, pero hay una preocupación: que se convierta en una política cultural centralista. Esperemos que me equivoque en mi lectura y que llegue a buen puerto sin discursos añejos.

LO QUE EL PÚBLICO PODRÁ VER a partir de este verano no sólo es un edificio formidable, con vistas espectaculares, sino una colección de enorme riqueza cultural y diversidad, con obras nunca antes exhibidas en un contexto museal y exposiciones temporales planteadas a partir de miradas actuales. En este sentido, la muestra inaugural está integrada por 650 piezas de arte y aborda el mecenazgo de la monarquía española a lo largo de los siglos. El área de Temporales presenta para este primer momento una exhibición de vehículos que han pertenecido a jefes de Estado de los siglos XVI a XX; se titula En movimiento y ahonda en los vínculos del transporte con el poder. Además tendrá un área con una ventana arqueológica que explica los orígenes más antiguos de Madrid, aunados a múltiples recursos multimedia y didácticos en diversos espacios, entre ellos un cubo para proyecciones inmersivas de 360 grados.

Pero la apertura de la galería es más que una noticia del momento. Se trata de la culminación de un largo proceso que es, a la vez, reflejo de la historia misma de España. Durante la Segunda República se plantó su primera semilla, con el objetivo de crear un museo que conservara y difundiera el acervo de la monarquía. Con la Guerra Civil y la posterior instauración de la dictadura franquista, el proyecto quedó en el olvido hasta 1998, cuando fue retomado; en 2006 inició formalmente su construcción.

El entusiasmo sobre su apertura se debe en gran medida a que se trata de la conclusión de un sueño que se vislumbraba imposible. Si bien debe haber críticas a su aletargado proceso, lo que demuestra es que los proyectos de esta envergadura deben hacerse con tiempo si se quieren hacer bien —enseñanza de la que valdría la pena tomar nota en México, donde pareciera que importa más la foto del gobernante en turno que planear a largo plazo.

Nota

1 https://www.patrimonionacional.es/actualidad/galeria-de-las-

colecciones-reales