Ramones en 32 canciones

LA CANCIÓN #6

Portada de "Ramones en 32 canciones"
Portada de "Ramones en 32 canciones" Foto: cortesía: Resonancia Editorial

Los Ramones eran lectores voraces, una faceta desconocida del grupo favorito de Stephen King. Se les conoce por los catorce discos de estudio, ocho en vivo y dieciséis antologías, por los 2 mil 263 conciertos que tocaron, los treinta y dos videoclips que hicieron, y la docena de películas y documentales sobre ellos. En 2024 cumplen cincuenta años y otra forma de conocer al cuarteto que salvó al rock son los más de veinticinco libros que se han publicado. El último en la lista es Ramones en 32 canciones de Emilio Ramón (Resonancia Editorial, 2024).

Treinta y dos canciones son las que solían tocar en cada una de sus presentaciones, un grupo consagrado en la biblia Please Kill Me. The Uncensored Oral History of Punk de Legs McNeil y Gillian McCain (Penguin Books, 1996). El fundador de la legendaria revista Punk, con el caricaturista John Holmstrom, utilizó la entrevista para obtener los testimonios de los músicos y personajes protagonistas de la época. Fragmentó las entrevistas y las editó con el cut-up y el collage que aplicaban Brion Gysin y William Burroughs para escribir textos aleatorios. Muy dadaísta, pero tardó casi veinte años en terminarlo. La mayoría de los libros sobre punk y hardcore de algún modo recurren a esta técnica con la información que recopilan. La misma escuela de Emilio Ramón, escritor, editor y músico en sus ratos libres.

Originalmente se publicó en Chile la edición mexicana estuvo a cargo de Pedro Escobar y Mictlart. Emilio inicia con la revolución de la música popular de los Ramones, que le cambió el rostro y las entrañas al rock. Enseguida hace una biografía del grupo, una historia del Nueva York de los setenta –que los Ramones inmortalizaron en sus canciones–, y del célebre cbgb, el epicentro del punk donde el grupo empezó a tocar con Television, Patti Smith y Talking Heads.

Procede a reseñar la discografía, los catorce discos desde el clásico Ramones (1976), hasta ¡Adiós Amigos! (1995), y a traducir las treinta y dos canciones que considera esenciales para contar una historia musical del grupo y de la época que marcaron. El conocedor sabe que los Ramones evolucionaron sin abandonar su estilo y actitud primigenios, en este caso las canciones pueden imaginarse cuando Emilio las disecciona. Además, sus traducciones son más confiables que las españolas, tan ricas en pasmas, polvos y gilipollas.

La idea del libro es que lo importante no era saber tocar, sino la idea musical. El baterista y productor, Tommy Ramone, estableció el principio de concentrarse en la sustancia y eliminar lo innecesario. El minimalismo metronómico, como los definió Craig Leon, productor de su primer disco. Emilio también considera que los Ramones eran un grupo conceptual y compara sus canciones con los ready-made de Marcel Duchamp. Cierra con un epílogo, cómo fueron desintegrándose y muriendo, entre conflictos que no resolvieron. Ningún Ramón original queda vivo. La historia de los Ramones no pueden tener un final feliz, dijo Dee Dee poco antes de morir.