A 20 años de que 2997 personas murieran durante los ataques al World Trade Center en el corazón de Nueva York, el Pentágono y el Capitolio; llega a Apple TV+ “11-S: Así se vivió en la Casa Blanca”, documental que, a diferencia de la gran mayoría de los que sea han realizado con respecto a esta infamia, no se centra en las víctimas.
Tal y como lo indica su título, esta vez se tiene el afán de mostrar lo que sucedía con aquellos responsables de llevar las riendas de una de las naciones más poderosas, que se vio agredida en las entrañas de su propio territorio.
Aprovechando el material periodístico, que incluye fotos nunca antes vistas, el director Adam Wishart hilvana en paralelo las imágenes de los ya mencionados ataques, con la visita que George W. Bush realizaba en ese precioso momento a una escuela primaria; ofreciendo así una especie de reconstrucción en tiempo real guiada por las declaraciones de los involucrados —entre ellos Condoleezza Rice (Consejera de Seguridad Nacional), Colin Powell (Secretario de Estado)—, y apuntalada por las transmisiones de las torres de control en los aeropuertos.
El intenso y angustiante ejercicio es tan efectivo de inicio, como sorpresiva fue aquella mañana para el planeta entero que, transitando entre lo análogo y lo digital, aún tenía a la televisión como medio de comunicación por excelencia; lo cual es suficiente para enganchar al espectador de principio a fin, con un testimonio que, aunque para su segunda mitad ya obedece a convencionalismos narrativos, nunca deja de ser interesante y revelador.
Se pueden ver desde los mecanismos de reacción ante algo que parecía inconcebible para todo el sistema político y militar estadounidense, hasta las deficiencias de algunas de sus instalaciones y equipos, incluyendo un búnker con tecnología obsoleta y la pésima transmisión que recibían durante los traslados en el siempre referido avión Air Force 1, pasando por la incredulidad que dicen haber vivido los entrevistados, al hacer conciencia de situaciones de seguridad, como aquella en la que el presidente tuvo que trasladarse en un auto común, en lugar de una vehículo blindado.
Por supuesto, la perspectiva de la que parte la película, aunque da pie para evidenciar el peso de las disyuntivas y ciertos errores, tiene una clara tendencia a justificar los mismos; sin embargo, esto da un leve giro cuando muestran cómo “el líder del mundo libre” decide junto con su vicepresidente Dick Cheneye derribar al último avión secuestrado ante el potencial peligro que les representa, sin saber que éste ya se había estrellado.
Esto debido a que los pasajeros intentaron recuperar el control del mismo, y es que ellos si hicieron lo correcto, dando una nueva muestra de que, ante tales circunstancias, el ciudadano común siempre se pone por encima de sus gobiernos.
“11-S: Así se vivió en la Casa Blanca” llega Justo a tiempo a la plataforma Apple TV+.
