Un grupo de guionistas se reúne en una sala a buscar nuevas ideas para un proyecto en puerta, una joven emprende el difícil camino a casa de sus padres luego de 12 años de ausencia y un pintor de paisajes se ve en un dilema al tener que retratar a la mujer de su mejor amigo; historias que, en apariencia dispares, se entretejen para dar vida a Enamorarse de un incendio, montaje que regresa el próximo 16 de enero al Foro Shakespeare.
Con dejos de un amor cotidiano y fatal, la obra, creación del dramaturgo chileno Eduardo Pavezse presenta como un sutil homenaje a Romeo y Julieta, de William Shakespeare, con la ayuda de Verónica Merchant, Itari Marta, Luis Miguel Lombana y Hamlet Ramírez, quienes repiten el derroche de talento interpretando tres personajes cada uno en escena.
Gracias al éxito en ediciones pasadas, el proyecto presenta una tercera temporada que se extenderá hasta abril. “Creo que lo fundamental en Enamorarse de un incendio es que tocó una fibra muy inquietante del espectador, en el sentido de la zozobra emocional en la que estamos; el texto de la obra atrapa el corazón de quienes la ven y lo sacude, no desde el punto de vista melodramático o fácil, sino que le plantea cosas de hasta qué punto el ser humano es capaz de aceptar al que es diferente y convivir con él”, explicó Luis Miguel Lombana en entrevista con La Razón, respecto a la respuesta del público que la ha mantenido en cartelera.
A la historia se suma un formato fuera de lo común, que bien podría definirse como ‘cine en vivo’: la parte teatral corre con normalidad mientras dos camarógrafos siguen cada escena y éstas son proyectadas en una pantalla.
Para los histriones la dualidad pantalla-tarima significa un nuevo reto; de acuerdo con Itari Marta, el principal obstáculo de esta dinámica es el ritmo: “tienes que trabajar para el teatro, para la cámara, para el público, para tus compañeros, es decir, necesitas un nivel de concentración mucho más amplio, no es nada más salir y hablar”.
“Estos elementos enriquecen el montaje, porque darle la opción al público de lo que quiere ver ya se hace mucho más atractivo. Al final tú decides y haces tu propia edición, si quieres centrarte en lo que te está dando la pantalla o lo que tienes en escena”, agregó Lombana.
El teatro independiente. En septiembre de 2016 Enamorarse de un incendio se eligió para presentarse en el Teatro Chicago Shakespeare, donde ofreció tres funciones con lleno total sin modificar el idioma original. Para el grupo esto significa la apertura hacia nuevas propuestas y el aprendizaje de espacios que, a similitud del Foro Shakespeare, nacieron de proyectos menores.
Respecto al crecimiento constante de la escena independiente, Lombana afirma que se debe al trabajo de creativos que están dispuestos a emprender proyectos riesgosos. “Hay una oferta interesante y yo invitaría al público a que se acerque a estos foros en la ciudad donde van a encontrar cosas sorprendentes y dignas de ser apoyadas, hechas por gente de nuestra sociedad que están
tratando de plasmar lo que todos estamos viviendo, ese es el verdadero espejo y el verdadero reflejo de nuestra sociedad”, acotó.
Marta, quien también se desempeña como directora y coordinadora del Foro, expuso que el teatro independiente en la ciudad vive una etapa sujeta a la solidaridad de la gente y el hacer sociedades de colaboración para que las cosas en el sector cultural puedan solucionarse y avanzar.
La situación del recinto
La actriz Itari Marta explicó la situación del Foro Shakespeare, que anunció en septiembre pasado cerraría sus puertas por solicitar los dueños uno de los predios que ocupa.
“Estamos haciendo todo lo posible para que este espacio siga existiendo. El haberse incluido un apartado dedicado a nosotros es apuntalar un camino para hacer una ley de espacios independientes, luego tal vez una de teatros, y si lo ves desde esa perspectiva se avecina un gran camino. Estamos en un momento histórico que depende de nuestra conciencia social”, manifestó la responsable del recinto en referencia al recién aprobado artículo 13 de la Constitución de la CDMX, donde se avala la construcción de “espacios colectivos, independientes y comunitarios de arte y cultura que contarán con una regulación específica para el fortalecimiento y desarrollo de sus actividades”.
El objetivo, dice, es tener una posibilidad concreta para mudarse antes de octubre de 2018: “Este año habrá cinco obras y pretendemos empezar con la producción de cine”.