¿Por qué Robin Williams dejó de ser gracioso antes de quitarse la vida?

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Con el fallecimiento del reconocido actor, Robin Williams en 2014, una de las sonrisas más contagiosas de la historia de Hollywood se fue para siempre. Pero esa sonrisa llevaba tiempo extinguiéndose, según una biografía del cómico que está próxima de publicarse en Estados Unidos.

Williams sufría demencia y en su último año de vida tuvo que lidiar con algunos síntomas terribles que no le permitieron ser el Williams que sus allegados y el resto del mundo conocían.

Según "Robin", la biografía escrita por el periodista de The New York Times Dave Itzkoff, el actor fue primero diagnosticado con la enfermedad de Parkinson, pero ciertos comportamientos que algunos atañían al alcohol o las drogas acabaron encontrando justificación en un segundo diagnóstico hecho por un neuropatologista: Williams tenía demencia con cuerpos de Lewy.

La enfermedad es un síndrome degenerativo y progresivo del cerebro muy similar al Alzheimer, con proteínas que se acumulan en el cerebro, afectando al pensamiento, la memoria, las emociones y los movimientos corporales, provocando lentitud de movimientos, rigidez articular, alucinaciones o delirios.

"No fue depresión lo que mató a Robin", dijo su esposa, Susan Williams en una entrevista en 2015, cuando se conoció por primera vez la enfermedad que había afectado al actor. "La depresión era uno de los, digamos, 50 síntomas que tenía y era uno de los pequeños".

En su últimos meses de vida, los síntomas empezaron a afectar el día a día de Williams. El actor lloraba desconsoladamente de un momento a otro, se olvidaba de sus diálogos e incluso llegó tener dificultades para caminar con normalidad, según cuenta el libro de Itzkoff. Con el rodaje de la película Noche en el Museo 2, Williams alcanzó un punto crítico.

"Lloraba en mis brazos al final de cada día (de rodaje). Era horrible. Horrible", recuerda la maquillista Cheri Minns en la biografía de Williams. "Le dije a su gente: Soy una artista de maquillaje. No tengo la capacidad para lidiar con lo que le está pasando". Minns llegó a sugerirle a Williams que volviera a hacer monólogos en directo, pero el cómico se resistía: Simplemente lloraba y me decía, "No puedo, Cheri. Ya no sé cómo hacerlo. No sé cómo ser gracioso".

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