Lo que hasta el momento conocíamos de la noche en que Demi Lovato casi pierde la vida por una sobredosis es que escribió un mensaje a su dealer, Brandon Johnson, para que fuera a su casa de Los Ángeles y le suministrara drogas.
Desconocía la composición de las pastillas opiaceas, ya que provenían de un lote de píldoras que había recibido desde México y muchas de ellas estaban mezcladas con fentanilo.
Sin embargo, ayer Johnson aseguró al portal de noticias TMZ que había advertido a Demi Lovato de ello:
"Ella sabía que eran más fuertes de lo normal". Aun así, según su relato, las consumieron como en otras tantas ocasiones.
Además, afirma que abandonó la casa de la cantante a las siete de la mañana y la dejó dormida, sin signos aparentes de angustia y sin imaginarse que tiempo después su asistente la encontraría en mal estado por lo que tendría que ser ingresada de emergencia a un hospital, y luego a rehabilitación.
Johnson y Demi Lovato se conocían desde hacía varios meses, desde que llevaba siendo su dealer, y aunque el entorno de Demi desmiente que tuvieran una relación emocional, ayer él dejaba caer que sí mantuvieron relaciones sexuales.
Varios amigos de la actriz, cuando descubrieron que Johnson había sido arrestado por posesión de narcóticos, armas y diez kilos de alucinógenos, intentaron separarlos.
Además, los agentes registraron la casa de Johnson y descubrieron más armas, drogas y municiones. También fue arrestado en junio por conducir en estado de embriaguez y posesión de cocaína.
Actualmente la cantante se encuentra en un centro de rehabilitación y se espera que continúe allí, al menos, dos meses más. Anteayer también se dio a conocer que varios ladrones quisieron aprovechar su proceso de rehabilitación para entrar en su domicilio y robarle, aunque, la policía intervino rápidamente y pudo detenerlos a tiempo.
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