“Después del filme, mi casa ya no es la misma”

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Foto: larazondemexico

Al asomarse entre las rejillas del portón blanco, en la calle de Tepeji 22, en la colonia Roma Sur, hogar de Gloria Silvia Monreal, se logra ver un duende en colores metálicos pegado a la pared.

“El duende que tú viste lo compré hace varios años en Celaya, Guanajuato, en una casa. Y le dije a la dueña del lugar que me lo vendiera. No es un amuleto. Simplemente me gustó; este hogar está lleno de cosas así: antiguas pero muy queridas”, dijo a La Razón Monreal, quien fue vecina de Cuarón en la infancia y acudió al mismo kinder que él.

Aunque explica que fue el gran amor que siente por la colonia Roma lo que la llevó a permitir la filmación, desde que tomó esa decisión su tranquilidad se altera y su casa ya no volvió a ser la misma.

"Estando en otra colonia quiero correr a mi Roma. Porque conozco a todos, porque es un lugar muy querido por quienes aquí vivimos”

Gloria Silvia Monreal

Propietaria de la casa

“Cuarón me contactó a través de la chica que organizaba la locación y me pidió permiso para hacer aquí el rodaje. Pero sabes qué es lo que pasa, que queremos mucho a la colonia. La tenemos aparentemente muy vista, pero nos trae recuerdos increíbles. Lo que es la escuela Benito Juárez, el kinder, el mercado, el Parque México; aquí vivimos, aquí crecimos. Después de Roma, mi casa ya no es la misma. Deseo que se lleve todos los premios Oscar, ¡Roma va para el Oscar y va porque va, punto!”, dijo Monreal, emocionada.

Un circo es el origen de la fundación de la colonia Roma. El espectáculo llegó desde Londres a México en 1881 y cuando cierra sus puertas, después de una larga gira por el país, Walter Orrin, su propietario, decide dedicarse a los bienes raíces y funda la colonia Roma. En 1902 Orrin solicitó al ayuntamiento de la ciudad autorización para fraccionar los terrenos. Es así como los nombres de las calles provienen de los estados visitados por el circo, para hacer honor a los sitios que recorrió.

Será por eso que Alfonso Cuarón decidió crear su propio circo en blanco y negro y entregó su historia más íntima al mundo, lejos de la comedia, pero con la misma intensidad.

“Roma me encantó. Me sacudió, me causó mucha confusión y sentimientos encontrados. Llegué a mi casa a buscar a mis padres… a ese nivel, porque ellos ya no viven. Me metí al viaje de Roma; nos conectamos todos, es bellísimo sentir eso”, explica Monreal, quien vive en la calle Tepeji desde hace décadas.

Silencioso y tranquilo, el hogar de Monreal sólo se altera por momentos cuando curiosos y turistas se hacen fotos en la fachada de su hogar, que es visitado por al menos 100 personas diariamente.

“Diario vienen, a todas horas. Ayer pasaron unos ciclistas que me gritaron y al asomarme por el balcón, me aplaudieron. Fue muy bonito. Yo creo que serán 100 personas a diario. Aunque te diré que mi casa es como un templo, hay muchos recuerdos de mis padres. Desde el sillón hasta el último objeto guardan memoria de ellos”, dijo la propietaria que vio jugar pelota a Cuarón, junto con sus hermanos, cuando era niño.

“Mis padres adquirieron esta casa antes de los años 70. Alfonso Cuarón fue mi vecino, vivía en frente. Nosotros éramos seis hermanos, y en la familia de Cuarón eran cuatro, él jugaba pelota con mis hermanos”, contó la dueña del espacio donde se filmaron las escenas de Borras cuando saltaba, donde salía Cleo con el niño a despedir a su mamá o donde aparece la mamá a despedir al esposo.

Monreal, actualmente se dedica sólo a su hogar e hizo un cuaderno que es firmado por quienes la visitan y en el que ella pide anoten qué les inspiró Roma.

Adelantó a La Razón que en un mes convocará a los medios para entregarle en persona el libro a Cuarón.

“Ya que pase todo esto de los premios, le entregaré el libro a él (Cuarón). Lo que contiene son escritos de personas que expresan lo que les inspiró esa película. La idea surgió por la cantidad de visitas que tengo. Que él vea el gran cariño que le tienen su país y su barrio”, concluyó la entrevistada.

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