Cada cierto tiempo llega a la cartelera una nueva versión del relato clásico de la cenicienta, con contexto artístico incluido, es decir, uno de esos conceptos en donde la protagonista surge de un entorno que pareciera asfixiar su personalidad, para sorprender al mundo con sus talentos; dígase Flashdance (1983) de Adrian Lyne, como uno de los ejemplos más emblemáticos y mejor logrados.
De hecho, la relación de Teen Spirit -cuyo horrible título en español es Alcanzando tu sueño- con dicha película que encumbró como icono ochentero a Jennifer Beals, es más que evidente, desde el efímero guiño musical que ni siquiera es llevado hasta sus últimas consecuencias, pasando por una protagonista que encuentra en sus propios miedos el principal de sus retos, hasta llegar al contraste entre atmósferas frías y luces neón que sirven para acentuar la disyuntiva de vida que habrá de enfrentar.
La receta está más que probada y el actor británico Max Minghella, que aquí entrega su ópera prima partiendo de un guion escrito por el mismo, prefiere ir por lo seguro para concertarse en el desarrollo de la trama que, si bien resulta predecible y llena de lugares comunes, al menos corre a buen ritmo sin excederse en el melodrama o la cursilería.
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Claro, es por ello que por otro lado, los pocos elementos que podrían hacer diferente y hasta interesante esta coproducción entre Estados Unidos y Reino Unido, como el hecho de que el agregado romántico pase por completo a segundo término, que el mentor en turno, interpretado con convicción y algo de encanto por el actor croata Zlatko Burić, tenga un muy singular pasado escénico, además del contexto religioso y que todo sea motivado por un concurso en televisión al más puro estilo de American Idol, combinación que ya de por si podría estar llena de implicaciones; quedan solo como una cuestión anecdótica.
Afortunadamente, Elle Fanning a sus más de 20 años y luego de trabajos mucho más arriesgados como El Demonio Neón(2016) de Nicolas Winding Refn, cumple en el papel de la introvertida adolescente de la isla de Wight en Inglaterra, que lucha por convertirse en cantante, dotándole de cierta frescura aderezada con un llamativo desencanto, apoyándose en los primeros planos de un calculado manejo de cámara que se convierte en el cómplice ideal de su inexpresividad que en este caso funciona, luciendo además un matizado manejo vocal.
Así pues, estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto, Teen Spirit puede llegar a ser llamativa por su estilizada propuesta visual con aire videoclipero, pero es solo una convencional puesta al día de una muy vieja fórmula.
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