Apocalipsis zombie, excesos para un infeccioso entretenimiento

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Foto: larazondemexico

De entrada hay que mencionar que lo que vemos en pantalla, en Apocalipsis zombie, en este caso mas que zombies son infectados —como los vistos en 28 Días (2002) de Danny Boyle—, una aclaración pertinente pues esta diferencia —con base en la naturaleza de la existencia de las criaturas en cuestión— es la que justifica lo que de lo contrario sería una seria y poco justificada transgresión al concepto de los muertos vivientes, por parte de una producción que claramente se ubica dentro del campo de la serie B, a pesar de que cuenta con mayores recursos de los acostumbrados, que le ponen por encima del promedio en cuanto a efectos especiales y caracterizaciones se refiere.

Y es que por lo demás nos encontramos con la típica historia sobre un grupo de militares que deben internarse en el perímetro de una ciudad de Londres aislada debido a que sus habitantes fueron atacados por una extraño enfermedad que les hace perder el juicio y volverse extremadamente violentos. Esto por supuesto con el afán de sacar de ahí al científico responsable de crear el virus, encontrar una posible cura y todo contra reloj, pues el gobierno planea tomar medidas definitivas.

Dado lo arriba mencionado, el grupo no podía estar integrado más que por una serie de estereotipos que van del soldado religioso, al sujeto antipático y que parece no tener escrúpulos, pasando por el joven tipo nerd y el veterano honorable de pasado trágico que lleva el mando. Claro, esto no sería un problema para la propuesta, si no fuera por el hecho de que ninguno es delineado por completo, ni de ser llevado hasta las últimas consecuencias, algo que aquí era indispensable.

Por si fuera poco, durante el trayecto todo el asunto comienza a tomarse demasiado en serio, rayando por momentos en un melodrama que no necesitaba algo que que a todas luces apunta por completo al absurdo. Como sea el disparate tiene cierta estructura, hace la obligada crítica a la voracidad imperialista que busca el arma definitiva y ofrece sangrientas y explosivas secuencias de acción con peleas incluidas, protagonizadas por soldados pateando los trasteos de infectados que van adquiriendo algo conciencia, son capaces de organizarse e incluso de tomar prisioneros, una variante que aquí resulta algo llamativa aunque desperdiciada, y que encuentra uno de sus principales antecedentes dentro de las páginas de Toe Tags, cómic publicado en 2004 y escrito por el célebre George Romero, precursor del zombie moderno a través de películas como el clásico La Noche de los Muertos Vivientes de 1968. Así pues, Apocalipsis zombiees una película de ritmo inconsistente y cuyas pretensiones no van más allá que las de ofrecer puro y descarado entretenimiento, sólo para fans del subgénero.

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