Sergio Mayer, presidente de la Comisión de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados, la noche de ayer dejó la formalidad que muestra en el recinto legislativo para convertirse en cavernícola: cambió su traje y pulcros zapatos por una camisa de leopardo, un pantalón negro de mezclilla y tenis blancos para provocar risas —ahora sí, de manera intencional, y no involuntaria, como le ha ocurrido en redes sociales— al público que llenó el Teatro López Tarso, el cual reinicia labores con la obra Defendiendo al cavernícola.
Cerca de las 21:00 horas las luces se apagaron y las pantallas colgantes mostraban imágenes o se proyectaban videos parecidos a musicales noventeros, al ritmo de rock de la misma época; pero poco después las guitarras distorsionadas fueron reemplazadas por cumbia sonidera, que fue interrumpida por el aplauso de de los espectadores.
[caption id="attachment_979143" align="alignright" width="246"] La actriz y cantante Violeta Isfel derrochó sensualidad.[/caption]
La euforia de los asistentes invocó al legislador a escena. La escenografía estaba compuesta por una televisión de piedra muy al estilo de los Los Picapiedra, un sillón pétreo y dos pantallas que cuando no mostraban videos como en el que aparecía la esposa de Mayer, Isabella Camil, vestida en un ajustado traje de leopardo arrojando libros, o imágenes de explosiones nucleares, tenían estática una pintura rupestre de una venus antigua y un cavernícola cazando.
Durante poco menos de hora y media, el histrión dijo las palabras altisonantes que no puede gritarle a la prensa ni pronunciar en sus actividades legislativas: “a huevo”, “cabrón”, “güey”, “chingada”, “pinche” y “pendejo”.
A pesar de que sufrió una lesión en el pie durante uno de los ensayos, y a que antes de convertirse en cavernícola dedicó parte de su día a las labores en San Lázaro, lució enérgico y animado sobre el escenario, pues César Bono, quien protagonizó esta obra, ya había dejado un legado que había que superar o igualar.
[caption id="attachment_979142" align="alignleft" width="253"] Sergio Mayer Mori acudió acompañado por su pareja, Raquel Chaves.[/caption]
A gran parte de los chistes se les incorporaron elementos contemporáneos como Netflix, el #Metoo, pero también el inmortal Chabelo y la eterna Maribel Guardia, y hasta hubo referencias al Presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya imagen apareció proyectada en una de las pantallas, y ante lo cual, Mayer dijo: “¡Ay, qué horror!”, y tras ello le cambió “al canal” rápidamente. Ése, en específico, fue uno de los momentos que más aplausos le valieron.
En una escena, el exintegrante de Garibaldi incluso se burló de su condición de político: tras hacer una ofrenda a las deidades primigenias con sus calzones sucios, el Cavernícola se le apareció a Mayer para decirle tres cosas: que el bolillo se come con todo y migajón, que el refrigerador le pertenece a la creadora Pacha Mama, y que cuente aquello que vivió en ese momento. El histrión le respondió: “pero yo sólo soy un actor”; sin embargo, el espíritu cavernario le reviró: “pero también eres diputado, y ellos son bien cab…vernícolas”.
Elementos como éste y las bromas sobre lo cotidiano como la frialdad ártica que poseen los pies de las mujeres, el afecto cuasi violento que se profesan los varones y los chistes en que Mayer se hace lucir como “mandilón” incondicional de Isabella, sacaban carcajadas al público.
[caption id="attachment_979144" align="alignright" width="267"] Isabella Camil, esposa del legislador, asistió con sus hijas.[/caption]
El Dato: El actor César Bono protagonizó este montaje de 2001 al 2012 en el Teatro López Tarso. Representó durante este tiempo tres mil 732 funciones.
El monólogo, escrito por Rob Becker, para el público, especialmente los contemporáneos de Mayer, funciona como una terapia en pareja en la que no es necesario que hablen de sus problemas, y que los ayuda a exteriorizar sus malestares a través de la risa.
Al finalizar la obra y tras dedicársela a su esposa, sus hijas y a César Bono —el antiguo cavernícola— el diputado afirmó: “tengo un compromiso con el Legislativo, sigo trabajando, hoy fui a cámara y lo que yo haga con mi tiempo disponible, con todo respeto, a nadie le importa y nadie tiene por qué juzgarme o comentar si debo o no actuar porque no estoy faltando a mi trabajo, cumplo con mis obligaciones”.
Defendiendo al cavernícola
Dónde: Teatro López Tarso
Horarios: Viernes y sábados a las 18:00 y 20:30; domingos 17:00 y 19:30
Localidades: $700
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