El cineasta Alejandro González Iñárritu emanaba rebeldía, durante la Ceremonia de Investidura 2019, en la cual este jueves se le otorgó el grado de Doctor Honoris Causa por la UNAM, en la Sala Nezahualcóyotl. Su cabellera larga y rizada, y su canosa barba de candado contrastaban con su toga negra y con la solemnidad del claustro académico y de las demás personalidades que recibieron el máximo grado académico.
Antes de la lectura del acta de la sesión extraordinaria del Consejo Universitario, se guardó un minuto de silencio en solidaridad con los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, ya que hoy se cumplen cinco años de este hecho.
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El consejo les otorgó su máxima distinción personas con “méritos excepcionales que, con su obra, han contribuido de manera sobresaliente al desarrollo y engrandecimiento de las ciencias, las humanidades y la cultura, así como al mejoramiento de las condiciones de vida, o del bienestar de la humanidad".
Las investiduras iniciaron: las primeras en recibir el grado académico fueron las biólogas Alicia Bárcena Ibarra y Julia Carabias Lillo; el economista Rolando Cordera Campos, el matemático José Antonio de la Peña Mena, el geólogo canadiense Donald Bruce Dingwell y el sociólogo italiano Vicenzo Ferrari.
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Tras el italiano llegó el turno del cineasta laureado. En el video de su perfil que se proyectó se destacó inicialmente la instalación de realidad virtual, Carne y arena, que presentó en 2017 en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, y por la cual recibió el Oscar Especial; tras lo cual se señaló que el director "ha logrado reunir un mosaico de historias que hacen referencia a la naturaleza humana".
Amores perros, su ópera prima, fue descrita como una obra donde se muestra "la fragilidad y la fortaleza de las distintas clases sociales, en un país amenazado por la violencia", que, además es recordada por "haber marcado el renacer de nuestro cine".
[caption id="attachment_1016610" align="alignnone" width="696"] El realizador y el rector de la UNAM, ayer durante la ceremonia de investidura. FOTO: CUARTOSCURO[/caption]
También se señaló su incursión en Hollywood con 21 gramos, “donde aborda temas como la pérdida”. Además, sus logros cinematográficos, como sus premios Oscar y “su capacidad para hacer del tiempo y el espacio asuntos tan relativos que en cuestión de cuadros o segundos se vuelven protagonistas de sus trabajos”.
Al término del audiovisual, el rector Enrique Graue le colocó al cineasta el birrete y la muceta, y le otorgó los demás elementos que señalan el grado académico, para posteriormente portarlos, orgulloso, frente a los asistentes, quienes aplaudían fervorosamente.
También se otorgó el grado a la psicóloga María Elena Teresa Medina-Mora Icaza, al ingeniero Roberto Meli Piralla y a la astrónoma Sandra Moore Faber.
Un coro cantó el huapango El cascabel, previo al discurso de Enrique Graue, quien durante el mismo reiteró el motivo de la reunión: “celebramos en nuestros homenajeados la calidad de sus saberes y aportaciones, su trayecto de esfuerzos, dedicación y de superación constante; la convicción de la necesidad de educar más y mejor, de investigar incansablemente y de crear en libertad y con imaginación”.
Sobre Iñárritu celebró “que pudo fusionar las ciencias de la cinematografía con el arte magno escénico; y quien ha expuesto ante un vastísimo público las grandes injusticias y abusos que sufren quienes abandonan sus tierras y hogares en busca de un futuro mejor”.
Finalmente, los coristas entonaron el Gaudeamus Igitur y, ante los presentes de pie, el claustro académico emprendió la retirada; y entre ellos, el ahora Doctor González Iñárritu, volteó a ver, con una sonrisa, a la entusiasta multitud.
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