Guasón, un payaso psicópata, icono de la cultura pop

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Los creadores del personaje de Batman, Bob Kane y Bill Finger, revelaron décadas atrás que la inspiración para concebir al más importante antagonista del Hombre Murciélago les llegó gracias a una baraja, donde la carta correspondiente al comodín les evocaba la imagen de Conrad Veidt en el filme El hombre que ríe, dirigido por Paul Leni en 1928. En la cinta interpreta a un personaje al cual durante su infancia le deforman el rostro, dejándole una sonrisa socarrona permanente, obligándolo a ganarse la vida como atracción circense.

Así que se podría decir que el Joker nació en el cine. Al menos su perturbador rostro, el cual sería punto de partida para que Kane y Finger desarrollasen a un personaje que fuese el opuesto exacto —a la vez que complemento ideal— de su paladín justiciero y protector del orden: un clown psicópata, caótico, sádico y homicida, impredecible en su forma de operar y conducirse —lo que lo vuelve aún más peligroso—, el cual aparentemente no tiene una motivación real para realizar lo que hace, salvo (como se describe en el filme Batman: El Caballero de la Noche) la de querer ver al mundo arder. Todo un desafío para un superhéroe cuya deductiva e inteligencia son puestas a prueba reiteradas veces por el que ha sido nombrado en varias ocasiones como el Príncipe Payaso del Crimen.

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Joker se volvería además uno de los personajes más populares del universo de Batman: su locura irrefrenable, sus bromas mortales y su llamativa apariencia lo han hecho uno de los favoritos entre los fans del encapotado, y un icono importante de la cultura popular. Su presencia se tornó constante no sólo en el universo del cómic, sino también en medios como los videojuegos; series animadas y live-action para la televisión; juguetes; y desde luego, el cine. Y ahora que llega la primera película de este personaje en solitario, que estrena hoy, convendría hacer un repaso de sus anteriores encarnaciones fílmicas.

El archienemigo del Caballero de la Noche no saltó directamente de la historieta a la pantalla grande, sino que lo hizo desde la televisión, en Batman, que se deriva de la popular serie de TV trasmitida en Estados Unidos durante la segunda mitad de los 60. Dirigida por Leslie H. Martinson en 1966, fue interpretada por el actor nacido neoyorquino pero de padres hispanos, César Romero, quien ya venía haciéndolo desde la serie de TV. A consecuencia de las reglas establecidas por el Comics Code Authority años antes, las cuales regulaban contenidos violentos e inapropiados para menores; este Joker resultó ser una de sus versiones más bonachonas, un criminal travieso que aunque le tendía trampas mortales a Batman (y su inseparable compañero Robin) en su ejecución era más bien caricaturesco, cómico e ingenuo, acorde a la estética camp de la serie.

Tendrían que pasar poco más de 20 años para que el Joker volviese a pisar un set de filmación. Esto fue en 1989, cuando Tim Burton decide rodar su propia versión del Hombre Murciélago, y el papel de su némesis recae en Jack Nicholson, un actor que para entonces ya tenía una sólida carrera gracias a filmes como Easy Rider (Hopper, 1969) y Barrio Chino (Polanski, 1974). Su amplio rango actoral —que le permitía interpretar personajes cómicos, rebeldes o desequilibrados mentales— es canalizado aquí para dar vida al gángster sociópata y homicida Jack Napier quien, tras un encuentro con el encapotado cae a un contenedor de residuos químicos que lo deforman físicamente, dando vida al Joker, un criminal bufonesco, irreverente y genocida, de un humor retorcido y salvaje, ávido de vengarse de todos aquellos que lo convirtieron en lo que es… incluyendo a Batman.

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Con la llegada del nuevo milenio, un Batman distinto es concebido y llevado al cine por Christopher Nolan en 2005, resultando en un gran éxito de taquilla y de crítica, por lo cual se realizaría una secuela en 2008, intitulada Batman: El Caballero de la Noche. Para este segundo largometraje sobre el Caballero Oscuro, Nolan elige para dar vida al emblemático personaje a Heath Ledger, cuya carrera en esos momentos estaba en ascenso, había sido nominado al Oscar dos años antes por su participación en Secreto en la montaña, de Ang Lee. Para este nuevo Joker, el actor se propuso crear a “un payaso psicópata, asesino de masas y esquizofrénico, con cero empatía”. Para ello, trabajó en la apariencia del mismo hombro a hombro con Nolan, dando como resultado un personaje de oscura e inquietante presencia, planteándolo más como un anárquico agente del caos y la destrucción. La sorprendente e intimidante interpretación del Joker lograda es considerada por algunos no sólo su mejor trabajo como histrión, sino también, una de los mejores interpretaciones del personaje para la pantalla grande.

Recientemente, en el ánimo de explotar el furor que persiste respecto a las películas sobre superhéroes, Warner/DC desarrolla una producción planteada como una extensión de su universo cinematográfico: Escuadrón suicida, de David Ayer y estrenada en 2016. En ella reúne a un grupo de villanos quienes son forzados a formar un equipo especial sancionado por el gobierno estadounidense con el fin de combatir amenazas metahumanas y (paradójicamente) hacer el bien. Con fines de introducir a este personaje y contar su origen, se presenta una nueva versión del villano, en la piel del actor Jared Leto, la cual se aparta casi por completo del canon tradicional; parece más una versión retorcida. El personaje del cómic fue desdibujado para dar paso a una especie de delirante rockstar.

Ahora, en esta primera película en solitario del villano se presenta una trama más oscura y violenta.

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