El sábado pasado, "Molly", una pequeña cachorrita terrier color negro de 18 semanas de edad, que vivía con su familia en la localidad de Wombwell, Inglaterra, murió luego de sufrir un ataque al corazón ocasionado por los estruendos de unos fuegos pirotécnicos.
Su dueña, Susan Paterson, explicó con tristeza en Facebook la situación y también solicitó a los internautas que firmaran una petición, en la plataforma change.org, por la causa que decidió encabezar tras la muerte de su perrita: crear consciencia sobre los riegos que los fuegos artificiales representan para las mascotas.
"Firmen la petición para evitar que otras mascotas mueran a causa de la pirotecnia", pidió en la red social para "evitar que otras (mascotas) mueran a causa de los fuegos pirotécnicos".
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"La gran cantidad de fuegos artificiales con fuertes explosiones dentro de Wombwell provocaron la muerte de nuestro pequeño terrier por un ataque cardíaco. Aún no lo asimilamos, tememos que esto se repita", añadió en entrevista con la prensa local.
Los animales pueden presentar episodios de angustia por esa clase de fuertes ruidos, que pueden desencadenar en ataques cardíacos, como en el caso de "Molly". Además de que pueden derivar en lesiones físicas al tratar de escapar del peligro, pues no comprenden lo que está sucediendo.
Por lo anterior, Susan Paterson solicitó una "revisión urgente de las regulaciones de fuegos artificiales para restringir aún más su uso, como un paso para prevenir el sufrimiento innecesario de los animales".
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