Alien y otras pesadillas más de H. R. Giger invaden la CDMX

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Foto: larazondemexico

El rico y amplio trabajo plástico del suizo Hans Ruedi Giger es difícil de encasillar en alguna corriente artística, pero los críticos lo han llamado surrealista, por su relación con Salvador Dalí y Alejandro Jodorowsky. No obstante, muchos lo conocen únicamente como un diseñador de monstruos, debido a sus colaboraciones en Hollywood, siendo Alien la más icónica. Por ello, la exposición Solo con la noche, su mayor retrospectiva en el mundo y que inaugura en Reforma 109 mañana, busca reivindicar su trabajo más allá del celuloide

“Todo mundo ha escuchado de Giger gracias a su xenomorfo, pero la criatura devoró a su creador y el resto de su obra: él tiene una carrera más compleja y rica más allá de esa película: empezó a crear en los 60 y claro que esta muestra celebra a Alien, la cual revolucionó el cine de ciencia ficción, pero también es una luz para revalorar su quehacer, que se ha quedado relegado a la cultura popular”, señaló Patrick Gyger, director del museo Le Lieu Unique, de Nantes, Francia, donde en 2017 se realizó una retrospectiva de menores dimensiones y que coproduce la presentada en tierra azteca.

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[caption id="attachment_1061602" align="alignnone" width="1060"] Fotos: Raúl Campos y Omar Ávalos[/caption]

Solo con la noche es la primera exhibición del suizo en el continente americano, aglomera casi 200 piezas creadas desde 1962 hasta 2005, provenientes del Museo Giger (el cual instaló en Gruyères, en su país natal) y de coleccionistas privados, principalmente de Alemania y Suiza. Entre ellas hay 65 pinturas, 16 esculturas muebles, 43 fotos del rodaje de la película de Ridley Scott y la cabeza mecánica original de la criatura que se empleó en Alien.

También se exponen los diseños que realizó para Poltergeist 2, esculturas y muebles que ideó para el proyecto  Dune, de Alejandro Jodorowsky, que no llegó a materializarse. Asimismo, se presenta un mural instalado en su residencia y el cual únicamente ha sido expuesto una vez en los últimos 40 años. “El público podrá ver desde sus primeros trabajos en tinta, serigrafías, pasando por sus óleos hasta sus pinturas al aerógrafo”, detalló el valenciano Carlos Arena, el curador.

De igual forma se muestra  su relación con el mundo de la música, destaca el micrófono que diseñó para Jonathan Davis, el vocalista de Korn; su visión anatómica biomecánica, con piezas como la escultura Biomechanoid, la cual representa un torso femenino con características robóticas, y una de las salas está dedicada a su trabajo erótico.

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“El título, Solo con la noche, es una gran ironía, porque a Giger no le gustaba  ni estar solo, ni en la oscuridad, pues se le aparecían sus demonios. Para mí, él, más que un pintor de la oscuridad, retrata las sombras que nosotros mismos nos creamos; lo que describe en su trabajo son los temores que imperan desde finales del siglo XX, los cuales comunica a través de una conjunción entre lo mecánico y lo orgánico: guerras, eroticidad demente, enfermedades, plagas, sobrepoblación, miedo atómico, violencia contra las mujeres y el  pavor a la tecnología”, detalló Patrick Gyger.

El trabajo del artista suizo, además de su fuerte carga sexual, conjunta diversos elementos ocultistas: en la obra de portada de su primer compendio, Necronomicon, hace una interpretación de Baphomet, deidad antropomórfica con cabeza y patas de cabra, popularizada por el mago Eliphas Lévi. “Giger es un lenguaje común”, aseguró Patrick Gyger, quien contó que cuando la exposición se inauguró en Francia, al ser un país católico como México, se esperaba que hubiera protestas por parte de los creyentes, “pero no ocurrió. Por ello, aquí no creo que nadie mayor a 12 años, y que tenga acceso a Internet, se espante por lo que hay”.

Para la exposición se editó un catálogo que contiene, además de todas las imágenes y fotografías de la muestra, distintos textos que abordan el trabajo de Giger desde distintas disciplinas, entre ellos destacan el realizado por Jonathan Davis, el pintor estadounidense Alex Grey y el psicólogo checo Stanislav Grof, pionero en el uso de los estados alterados de conciencia con el propósito de sanación, crecimiento e introspección.

“El  miedo es algo necesario, una cosa con la que convivimos todos los días, pues el mundo está repleto de cosas y hechos desagradables; lo que Giger hace es darnos una visión estética de ello, con la que el público, más que atemorizarse tiene una sensación terapéutica, de tranquilidad y que permite que admiren la belleza del horror”, dijo al respecto Carlos Arenas.

El Dato: El creador trabajó con grupos musicales como Emerson, Lake & Palmer, Magma, Debbie Harry, Celtic Frost, Dead Kennedys, Atrocity, Carcass, Tripykon y Hideto Matsumoto, entre otros.

Giger, a decir del curador, es uno de los pocos artistas que han logrado mantener su impacto en distintas disciplinas: “cómics, videojuegos, cine, moda, el tatuaje, la plástica y la música son sólo algunas de las disciplinas que se han inspirado con sus creaciones, pero su obra no ha sido mostrada tan bien más allá de su país. Por ello, nuestra esperanza con este proyecto es volver a poner a este creador en el mapa del arte contemporáneo y moderno”, concluyó Arenas.

La entrada a la terrorífica exhibición cuesta $200 pesos y pueden ser adquiridas en http://hrgiger.mx/boletos/. Podrá ser visitada hasta el 31 de marzo de 2020, en el #109 de Paseo de la Reforma.

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La gestación de un icono del celuloide

El primer acercamiento de H. R. Giger al cine fue en su natal Suiza, donde dirigió cintas como Swiss made, en 1968, y Tagtraum, de 1973. Sin embargo, su salto a Hollywood se dio ese mismo año, cuando Salvador Dalí se lo recomendó al chileno Alejandro Jodorowsky, para que realizara algunos diseños de muebles para su proyecto Dune, una adaptación fílmica de la novela de ciencia ficción homónima de Frank Herbert, pero que el psicomago no pudo terminar.

En esa producción conoció a Dan O’Bannon, coescritor de Alien, quien le sugirió a Ridley Scott, el director, que lo contratara para diseñar al extraterrestre y la escenografía. Tras ver su pintura Necronomicon IV, el cineasta le dio la encomienda. El xenomorfo toma inspiración de dicha pieza, la cual retrata a una entidad de biomecánica de cabeza y cuerpo cilíndricos.

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