Por la gracia de Dios: contundente relato fílmico de un hecho lastimoso

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Cuando para la pantalla grande se toman episodios lamentablemente reales, como en este caso el de las acusaciones de abuso y pedofilia contra Bernard Preynat, sacerdote de la diócesis de Lyon, Francia, cuyo proceso evidencia los indignantes mecanismos del doble discurso tan arraigado, tanto en instituciones legales como religiosas, generalmente estás se convierte en el fondo y la forma, dejando que sea el discurso quien lleve por completo el peso de la propuesta y la valide más allá de sus valores cinematográficos.

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Sin embargo, Por la gracia de Dios es un claro ejemplo de que poner la manufactura por completo al servicio de un testimonio poderoso y lamentablemente, también de una enorme vigencia, no implica que pase por completo a segundo término, absteniéndose de explotar las posibilidades que por sí misma puede ofrecer.

En la cinta, la excesiva corrección del director —quien carga con un enorme  prestigio debido a obras más que sugerentes como Swimming Pool (2003) o La Casa (2012)— encuentra, a través de las sutilezas y la sobriedad en medio de un montaje sofisticado, momentos que rayan en el virtuosismo, dando forma a un envolvente mosaico de historias que se entretejen con claridad y transitan con dinamismo, alternando el correspondiente protagonismo sin restarle el peso dramático al resto, manteniendo la atención del espectador de principio a fin.

Es cierto que incluye un par de escenas en las que, al recrear las acciones del sacerdote en cuestión, llega a rayar en el lugar común, pero estás se convierten en pequeños detalles en relación a la cuidadosa elaboración del escenario que evidencia a una cotidianidad que siempre puede llegar a ser el alcahuete de los actos criminales al sofocar las denuncias, para luego de activar el detonador, dejando que el relato avance como en reacción en cadena, pero sin que nunca llegue a desbordarse y soltando de la manera más natural posible la información necesaria.

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Todo esto, por supuesto, sostenido por la consistencia de la interpretación de actores, como Melvil Poupaud —An Officer and a Spy (2019)—, que consiguen reflejar lo contrastante de las personalidades de las víctimas y lo confuso de sus sentimientos, cuestión que le otorga la enorme carga de humanidad que acompaña y sostiene la propuesta general.

Así pues, Por la gracia de Dios, de François Ozon, es un drama efectivo tanto por los aciertos de la realización que no renuncia a su naturaleza de entretenimiento, como por lo honesto de su discurso y lo valioso de su declaración.

Por la gracia de Dios, ficha cinematográfica

Director: François Ozon

País: Francia

Año: 2019

@jchavarria_cine

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