Algo que más le fascina al director italiano Giorgio Diritti del pintor Antonio Ligabue, quien hizo de sus cuadros y esculturas un pacto de existencia entre la pintura y el mundo animal, es que era auténtico, pues “quizás las personas marginales tienen la fuerza para ser genuinas”, dijo a La Razón.
El realizador presenta en el Festival Internacional de Cine de Berlín su más reciente cinta Volevo Nascondermi (Quería esconderme), que se centra en la vida del creador considerado uno de los mayores exponentes del arte naïf del siglo XX.
EL DATO: Germano fue galardonado con el premio de Interpretación Masculina en Cannes, por La nostra vita; lo compartió con Javier Bardem, en 2013.
“Sabía ser antipático antes del gran éxito, con la fama esta característica sólo se acentuó. Él era, en algún sentido, como un niño que se convierte en adulto intempestivamente. Era un artista que quien se lo encontrara por la calle ni siquiera le habría dado limosna. Se bañaba poco, casi nunca se rasuraba. No se tenía jamás la impresión de que fuera capaz de pintar un cuadro”, declaró el realizador, quien según los pronósticos de la crítica, su filme se encuentra entre los primeros ocho candidatos a hacerse del Oso de Oro, que se entrega hoy en la Berlinale.
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Diritti explicó que no le interesaba santificar o glorificar al artista, sino mostrar una parte más humana. “En cierto momento decidí no hacer una biografía convencional, pero intento caminar el recorrido de emociones que él podría haber experimentado. Atravesar su camino, por esto la cinta está más ligada a lo emocional”, indicó.
El realizador quiso crear una narrativa un poco como de fábula negra. “Ligabue correspondería, dicho de manera un tanto simplista, a una suerte de Patito feo en el camino hacia la salvación”, explicó.
Algo que impresiona a Diritti es que el pintor casi nunca trabajaba por encargo, sino que creaba lo que sentía. “Incluso las pocas veces que tuvo que hacer cuadros por comisión los pintaba mal a propósito. Y lo lograba, en efecto son sus lienzos más feos. Ligabue tenía una serie de rituales antes de trabajar, cosas casi chamánicas”, resaltó.
La película es protagonizada por Elio Germano, quien es un fuerte candidato para el galardón al Mejor Actor por su interpretación de Ligabue, además de su participación en Favolacce, otra cinta italiana en la sección de Competencia.
Para Germano, la genialidad de Ligabue radica en que es “una persona que decide seguir siendo sí misma, aun cuando es consciente del hecho de ser denostado y rechazado por muchos. Si piensas en la actualidad en que hacemos tantos esfuerzos por aparentar lo que no somos, su historia se convierte en una gran lección, casi una muestra del camino hacia la felicidad”, dijo en entrevista.
Durante la preparación de su papel, Germano tuvo acceso a diversas anécdotas del también escultor, y una que más le conmovió fue cuando en medio de una gran tormenta Ligabue acudió en moto a la granja donde solían hospedarlo, para decir que no estaría presente porque estaba lloviendo.
Uno de los mayores retos fue representar una personalidad tan fuerte como la del pintor. “La cuestión era trabajar con un personaje que podría parecer completamente fastidioso y hasta repulsivo, pero que también escondía un alma muy grande que está ahí para descubrirse.”
Para profundizar en su personaje tuvo contacto con las personas que lo conocieron. “Lo que interesaba era construir un imaginario lo más cercano posible al suyo, no queríamos reducirlo a una única dimensión narrando sólo la piedad o el maltrato hacia él o sólo su infelicidad. Queríamos narrarlo como ser humano, también desde su lado más alegre, más despreocupado, intentando darle la palabra, hacerlo hablar, y no haciendo un film sobre él sino de él”, abundó.
una vida complicada. Ligabue estuvo marcado por la muerte de sus padres y su expulsión de Suiza. Huyó al pueblo italiano Chiasso y después fue acogido en Gualtieri, donde vivía en un hogar para personas en situación de calle. En 1920 comenzó a pintar y 17 años después fue internado en un hospital psiquiátrico. Al ser dado de alta en 1941, el escultor Andrea Mozzalli lo hospedó en su casa.
“Al migrar a Italia aprendió más o menos a hablar un dialecto de Reggio Emilia. Esto pudo determinar su modo de socializar. Quizás por eso se sentía mejor con los animales que con las personas; tenía un modo muy animalesco o salvaje de estar en el mundo. Incluso en lo que se refiere a la higiene personal.
“La comunicación como forma social pasaba primero por su obra, la escultura y la pintura, antes que por la palabra, la que le resultaba más difícil y menos funcional para expresarse. Por ejemplo, él olía a las personas, las husmeaba. Las pinturas se las comía”, destacó.
Volevo Nascondermi
Director: Giorgio Diritti
Guion: Giorgio Diritti y Tania Pedroni
País: Italia