La relación entre las distintas formas de entretenimiento, dígase el anime y los cómics, generada por los creativos que siempre van por encima de las reticencias de los puristas, es la que permite un sano y enriquecedor ejercicio que va de ida y vuelta. Es en esa línea que se inscriben la excelente One Puch Men —creada por One—, y la franquicia a la que pertenece la película que hoy nos ocupa, My Hero Academy -original de Kōhei Horikoshi, ambas llamativas reinterpretaciones de un concepto occidental por excelencia, el de los superhéroes. La diferencia está en que mientras la primera se viste de ironía para deambular por los parajes de la sátira y el homenaje, la segunda apuesta por una contextualización a través de las convenciones de lo que dentro del anime y el manga se denomina como shonen, dando como resultado una refrescante y muy disfrutable propuesta, que no tiene mayores pretensiones que el entretenimiento y de paso dejar uno que otro mensaje positivo.
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Así, en esta ocasión vemos cómo los integrantes de la clase I-A de la academia para héroes, tienen la oportunidad de poner en práctica lo aprendido al ser enviados a ayudar a la comunidad de una isla, mientras otros profesionales del rubro llegan a relevarlos. De inicio sus actividades se enfocan en las cuestiones más simples y hasta frívolas de la vida cotidiana, que no van más allá de facilitar a la vida a los habitantes del lugar, hasta que una inesperada y terrible amenaza se hace presente. Es a través de este contraste entre las pequeñas y las más grandes dificultades, que la historia hace apuntes con respecto a la importancia de ayudar a todos los niveles.
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Claro también está lo relacionado con nuestro protagonista Izuku Midoriya, un chico miembro de dicha clase, que en un mundo en el que el 80 por ciento de la población desarrolla diferentes dones, le tocó nacer sin ninguno de ellos, lo cual gracias a su enorme voluntad no le ha impedido cumplir su sueño de estudiar para ser un paladín de la justicia, incluso convirtiéndose en el continuador del legado del célebre All Might, y portador de sus habilidades extraordinarias.
A su lado está su compañero Katsuki, quien si tiene poderes, y a pesar de no ser el elegido, está decidido a ser el número uno por méritos propios. Es en su compañerismo competitivo con reminiscencias al amor-odio, que se enfoca principalmente la trama, lo que aunado a la inclusión de un tercer personaje y su respectivo autodescubrimiento, da pie para una entrañable reflexión sobre la autoestima y la humildad.
My Hero Academy Heroes Rising, es pues una película sin demasiadas complicaciones pero no por ello carente de fondo, llena de batallas espectaculares y personajes llamativos, que nos recuerda el encanto de los superhéroes en su sentido básico y además de que dejará satisfechos a los fans, resulta ideal para quienes quieran iniciarse en el mundo del anime.