John DeLorean fue un soñador empedernido que convirtió su gusto por romper las reglas en el mecanismo casi perfecto para alcanzar la cima de la industria automotriz y saborear el éxito, tomando el rol de quien, en pos de una idea, desafía a los gigantes. Al menos esa es la imagen que durante mucho tiempo proyectó y supo mantener porque, si de algo también tuvo la enorme capacidad, fue de inventarse a sí mismo, aprovechando al máximo la conciencia de ser el protagonista de su propia vida y vender al mundo una historia de éxito ideal para su tiempo.
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Es precisamente ahí en donde encajan los segmentos con las recreaciones y el proceso detrás de ellas, que los directores Don Argott y Sheena M. Joyce, insertan en el documental “La verdad sobre John Delorean”, aquel responsable de entregar al mundo el legendario auto que luego Robert Zemeckis inmortalizara en la emblemática saga Volver al Futuro.
Es cierto que Alec Baldwin es demasiado “él” para darle verosimilitud a su interpretación, y las escenas son parte de la causa de que la propuesta general se extienda un poco de más.
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Sin embargo, el efecto que consiguen complementando materiales faltantes, contrastando con las grabaciones verdaderas y el resto del material de archivo (que va de videos caseros, fotografías, portadas de periódicos y revistas, además de segmentos de noticieros y registros del proceso legal) le enriquece con ese aire artificioso que acompaña el mito cuando es visto desde el tras bambalinas de Hollywood —que se vuelve aquí una referencia constante— al tratarse de una de esas historias que han tardado muchísimo en hacer suyas.
Así mismo, aciertan al mantener la claridad del trayecto y lo humano de los testimonios, sobre todo los de los hijos del DeLorean, pese a la estilización que alude al entretenimiento análogo y el ritmo de las series de televisión clásicas de los setentas.
Dicho lo anterior, resulta evidente que el documental se queda más en la forma que en el fondo, dejando pasar las interesantes implicaciones de ciertos pasajes de la historia, como la de establecer una fábrica de autos en un entorno social muy específico y significativo de la época.
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Pero aun así es un muy completo y disfrutable retrato de los matices que formaron parte de la obsesión del que fuera un visionario embebido consigo mismo y que terminó por ser su propia víctima, y a quien, irónicamente, le hubiera venido bien que su creación contara con las adecuaciones que el Doc Emmett Brown le hiciera en la ficción, para así poder regresar en el tiempo y hacerle algunos ajustes a lo que fue su proyecto de vida.
La película está disponible en plataformas como Cinépolis Klik y es otra buena opción para estos días de extremar precauciones sanitarias y quedarse en casa.
jmg