Durante un viaje a San Miguel de Allende, Guanajuato, para visitar a un familiar, al ilustrador Alex Herrerías le contaron diversas leyendas locales: una de ellas fue la de un artesano que cuando reparaba las estatuillas de la iglesia, fue defendido por el diablo, vestido de charro negro, tras ser falsamente acusado de robar la limosna, “en agradecimiento por darle una manita de gato a su efigie”, contó a La Razón.
Esas historias de la cultura popular fueron su inspiración para concebir Un camino de leyenda, novela gráfica en la que rinde tributo a estos relatos atemporales del folclor mexicano, en los que una persona común, por alguna situación, se encuentra y se enfrenta a las distintas fuerzas cósmicas, traducidas a la mitología judeocristiana. Además retoma algunos elementos del clásico libro y filme Macario.
“El cómic busca contar una leyenda, como las que existen en los pueblos mágicos y que pudieron haber ocurrido hace 100 años o ahora; ésas en las que, a un sujeto cualquiera, por equis motivo, se le aparece el diablo o la muerte. El proyecto también se inspira en Macario, tanto el libro de B. Traven, como la película de Roberto Gavaldón, de los cuales retomo algunos elementos y conceptos”, explicó el también académico de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.
La novela gráfica sigue los pasos de Ángel, un joven pintor que, a lo largo de un viaje que hace por carretera a pie, de su pueblo al vecino, para realizar un trabajo en la iglesia, se encuentra con tres personajes misteriosos que ponen a prueba sus convicciones.
Estos seres, detalló Herrerías, son los avatares del diablo, lo divino y la muerte. El primero que Ángel se encuentra durante el trayecto es Tuco, un amigable viajero que porta un sombrero grande, un poncho y una máscara, que lo invita a una cantina en medio del desierto, donde le muestra su verdadera identidad. “Este personaje está basado en Tuco Benedicto, el bandido mexicano del spaghetti western El bueno, el malo y el feo; además lleva también el poncho que usa en la cinta Clint Eastwood”, añadió el ilustrador.
El siguiente es La dama del pozo, quien le muestra sus más profundos deseos, “le ofrece la visión de una posible familia, lo cual relaciono con la parte de Macario en la que éste no quiere compartir su guajolote con sus parientes”, apuntó Herrerías.
Finalmente llega el Gran Maestro, quien le ofrece tomarlo como su pupilo. “Él es la muerte, y está inspirado en el concepto de Macario en el que la parca puede estar sentada bajo un árbol; pero aquí la pongo como alguien que va caminando al lado de la carretera, detrás de ti”, detalló.
- Autor: Alex
- Herrerías
- Editorial: Independiente (con apoyo del FONCA y la UNAM)
- Año: 2019