En la china feudal, dos territorios están a punto de entrar en guerra, luego de que el emperador sufre un atentado. Antes de la batalla, éste convoca a los representantes de los distintos clanes, para que participen en un torneo de donde surgirá al responsable de comandar a su ejército.
Así pues, los ingredientes están listos para que, sin mayores rodeos, el director Teddy Chan —responsable de “Kung Fu Jungle” (2014) y “Bodyguards and Assassins” (2009)— entregue “Mundo doble”, una aventura en donde la mezcla de las técnicas tradicionales para las coreografías —incluyendo el uso de cables— y las posibilidades de las herramientas digitales, sirven para hacer explotar en su máximo esplendor, el subgénero conocido como ‘wuxia’, con todo y su particular interpretación del uso de espadas y otras armas, en un contexto histórico revestido de misticismo y con criaturas fantásticas incluidas.
Por supuesto, es el clásico trayecto del héroe lo que aquí sirve como base para una trama en la que seguimos los pasos de un joven de corazón noble que desconoce su origen, un guerrero atormentado por su pasado y una chica que tiene su mirada puesta por completo en el futuro, quienes irán en busca de ganar el ya mencionado torneo y de paso encontrar las respuestas que le den sentido a sus vidas.
La crueldad de ciertos planteamientos con respecto a los prisioneros y esclavos, contrasta con la ingenuidad de otras situaciones, como el de la relación entre bestia y humano que se da durante una de las pruebas que deben enfrentar los protagonistas, además de lo conveniente que resultan algunos de los encuentros entre los mismos.
Es esto precisamente lo que provoca que pierda consistencia la propuesta general, pero aun así el discurso principal sobre la lealtad que se forja en la batalla sin importar a que bando se pertenece, el honor como una forma victoria, y la libertad por encima de la venganza; es claro de principio a fin, entre trepidantes secuencias de violencia estilizadas.
También destaca la naturalidad con la que se conjunta el costumbrismo asiático, que va desde códigos físicos, al peso simbólico que adquieren algunos objetos y frases específicas, con convenciones propias del cine occidental de consumo masivo, incluyendo al respectivo villano arquetípico y una conclusión de formula en su estructura, pero afortunadamente funcional y poco condescendiente.
Así pues, “Mundo doble”, que adapta el videojuego de rol en línea del mismo nombre, es un producto sólido que no engaña a nadie en cuanto a sus pretensiones como entretenimiento, y por el contrario sorprende con la lucidez para delinear su concepto, el dinamismo de su desarrollo y el espectacular acabado visual. Está disponible en Netflix.