Haciendo de la austeridad de recursos una de sus principales herramientas para potenciar la honestidad de la propuesta, desde Polonia llega “Supernova”, un drama intenso y un tanto truculento, que al mismo tiempo se convierte en una exposición descarnada de los comportamientos sociales.
Una mujer y sus hijos que buscan dejar atrás a un esposo ebrio y que deambulan por la pequeña carretera de una comunidad rural bajo el sol de la mañana, y un hecho terrible e irreparable, son aquí la combinación que saca de la somnolencia a los vecinos y autoridades.
Luego de escucharlos en repetidas ocasiones, los nombres de las víctimas por momentos se pierden entre la intermitente capacidad de reacción de enfermeros, policías y hasta bomberos, cuyas acciones rayan en la torpeza, recordándonos como los mecanismos suelen convertir a las personas en números, mientras los mirones van de la indiferencia al morbo simple acompañado del uso de los celulares y la indignación que apunta al linchamiento.
La trama pudiera parecer predecible de inicio, pero se guarda un par de giros que retuercen las relaciones y empujan la situación más allá de las implicaciones evidentes, haciendo de la culpa y la impunidad sólo el combustible para que los protagonistas, al igual que la historia, se consuman implosionando en un pequeño microcosmos que al final se pierde de forma despiadada en el transitar de los cotidiano.
El uso de la cámara en mano con un afán invasivo para elaborar secuencias con cortes mínimos y una vitalidad contenida hacen que la película adquiera un desarrollo sumamente orgánico y —a veces— desconcertante, lo que aunado al uso de la luz natural, que prácticamente pareciera quemar las imágenes, refuerza el sentido y la fuerza de la metáfora, que ya de por si se anuncia con acierto desde el título.
“Supernova”, escrita y dirigida por Bartosz Kruhlik —“Adaptation” (2016)—, es una producción de espíritu completamente independiente, que no está exenta de algunos descuidos espaciales; amén de que a veces se diluye el desarrollo emocional de aquel que es el responsable directo de todo. Sin embargo, el discurso de la propuesta es claro y da pie para muchas lecturas, además de que una vez que el relato inicia, se mantiene firme hasta el final.
Estrenada en el Festival de Cine Polaco de Gdynia, sin duda se trata de una buena opción de cine al margen de lo convencional, que no tuvo oportunidad de pasar por la cartelera de nuestro país, pero ya está disponible en plataformas digitales como Cinépolis Klic.