No todo es entretenimiento en el mundo de los festivales, tal es el caso de The Social Festival que, a través de su licencia en México, a cargo de los empresarios Jaime Leyva Ávalos y el DJ Carlos Belatti, por medio de su compañía de bookeo de talento Royal House Society, es señalado de explotar y cometer fraude a las empresas locales que participan en la realización de dicho espectáculo.
La compañía Passport Entertainment S.A. de C.V. presentó una denuncia en contra de los empresarios mencionados por incumplimiento de pago en la edición 2018 de The Social México.
Señaló que los organizadores del evento decidieron no pagar y firmar documentos o garantías de manera fraudulenta, además de que dieron información falsa respecto a sus domicilios para no ser localizados al momento de requerirles la retribución de lo que adeudan.
El monto adeudado a Passport Entertainment S.A. de C.V. según se constata en el escrito de la denuncia, asciende a los 3 millones de pesos.
“Hubo claro dolo en la contratación de los servicios ya que la información proporcionada para la elaboración de contrato resulto falsa, pidieron tercerización de gastos y servicios como contrataciones y servicios que nunca pensaron en pagar. Los buscamos por más de 6 meses recibiendo largas sobre el pago de los servicios, hasta que simplemente dejaron de contestar y se desaparecieron”, señaló a La Razón el representante legal de Passport Entertainment S.A. de C.V.
Actualmente ya hay orden para la localización de Jaime Leyva Ávalos y Carlos Belatti por cometer el fraude en contra de Passport Entertainment S.A. de C.V. por los servicios contratados y no pagados respecto a la edición de abril de 2018 de The Social México.
Passport Entertainment S.A. de C.V. nos comentó que al parecer es una práctica común de marcas internacionales que se asocian con empresarios locales donde obtienen los beneficios de llegar a audiencias locales sin cuidar las prácticas.
La compañía acusa que estas firmas mundiales hacen sus compromisos de acuerdo a cómo les va en taquilla sin haber demostrado solvencia económica para llevar a cabo el evento, cometiendo fraude en la mayoría casos, sin que exista mayor regulación en el mundo del espectáculo y quedando impune el nombre y prestigio de las marcas internacionales.
KR