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“Caos: el inicio”: una película de ciencia ficción que fracasa en sus pretensiones

La película tiene una pretensión de profundidad que da rodeos innecesarios y descuida la forma de la propuesta; es estelarizada por Daisy Ridley y Tom Holland

“Caos: el inicio”: una película de ciencia ficción que fracasa en sus pretensiones Especial

Desde un principio la película deja en claro el enorme potencial que posee el concepto retomado de la novela original de Patrick Ness, quien por cierto aquí se reserva la labor de escribir el guion. Por desgracia conforme avanza bajo la batuta del director Doug Liman —“Al filo del mañana” (2014)—, “Caos: El inicio” también va confirmando que todo eso habrá de desperdiciarse en pro de la pretensión de profundidad que nunca tiene claro cómo encontrar, dando rodeos innecesarios, y descuidando de paso la forma de la propuesta.

La visión que nos presenta acerca de un mundo en donde un extraño contagio hace que se vean y se escuchen los pensamientos de los hombres, quienes deambulan con su cabeza envuelta en una especie de rumor que medianamente pueden controlar, amén de que el género femenino está casi extinto; tiene múltiples implicaciones.

Fotograma de "Caos: el inicio"

La alusión a nuestra actual realidad en donde los individuos cada vez se ven más sumergidos en el ruido de las redes sociales y agobiados por el bombardeo de información proveniente de los dispositivos electrónicos, los códigos de convivencia trastocados dentro de una comunidad con plena conciencia de su soledad ante el universo, así como la exposición de la naturaleza masculina; todo era material ideal para desarrollar un discurso sustentado en comprometidos cuestionamientos existenciales y sociales.

Sin embargo, se quedan únicamente como interesantes apuntes dentro de una aventura que pareciera víctima de su propia premisa, pues nunca logra concentrarse, luciendo intensa sólo en su primer tercio, para luego extender las diversas situaciones, quedándose a mitad del camino entre la artificiosa pretensión de franquicias de perfil adolescente destinadas a explotar el gran mercado, dígase “Juegos del hambre” (2012), y la sobriedad de las piezas de ciencia ficción más tradicional, que se distingue por su trasfondo.

Lo mismo sucede con la presentación de ciertos elementos que, en lugar de darle identidad al universo en el que se encuentran los personajes, rayan en lo mero anecdótico.

Sólo la solidez de la relación de los protagonistas, interpretados con convicción por Daisy Ridley —“Star Wars: El ascenso de Skywalker” (2019)— y Tom Holland —“Spiderman: lejos de casa” (2019), cuyas circunstancias son delineadas con cuidado, así como sus vínculos y sus motivaciones, para luego establecer una inesperada batalla contra el mundo adulto; logran que esta promesa fallida se sostenga al menos como vehículo de entretenimiento.

"Caos: el inicio" se estrenó en cines abiertos.

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