El cierre de la adaptación animada de la tercera ruta dentro del universo fantástico “Fate/ Stay Night”, titulada “Fate/Stay Night: Heaven's Feel 3 Spring Song", surgido de la novela visual japonesa publicada en 2004, y que se ha extendido a diferentes medios, alcanza las salas de nuestro país de la mano de Konnichiwa Fest y Cinépolis, luciendo todos los elementos necesarios para dejar más que satisfechos a los fans, a quienes seguramente no les importará que se extienda un poco de más, llegando a la frontera de las dos horas.
La batalla secreta entre magos maestros, quienes invocan a legendarios guerreros que habrán de acompañarles en la búsqueda de obtener el Santo Grial, para así sacar provecho del deseo que este concede, y que normalmente se realiza sólo cada sesenta años, pero que ahora se adelantó involucrando a un joven inexperto; continúa encontrando aquí su mejor momento al enfocarse mucho más en el drama humano.
Y no por que hagan falta batallas, por el contrario, el espectáculo con base a las posibilidades estilísticas que el anime ofrece están aseguradas.
El asunto es que esta vez los puntos de identificación con los protagonistas son mucho más orgánicos, aludiendo no solo a cuestionamientos relacionados con el sentido del sacrificio y la naturaleza de la maldad, sino al descaro de asumir las situaciones de privilegio y las consecuencias de disfrutar de ellas, que se convierte en honestidad frente al resentimiento que ignora la responsabilidad de asumir una decisión propia, más allá de las circunstancias.
Por supuesto todo esto va revestido del espíritu iconoclasta de la propuesta visual, que entrega atmósferas impregnadas de lo sacro y lo profano, contrastando la espectacularidad explosiva con pasajes evocadores, como aquel del recorrido por la ciudad guiado por la sofisticada Illyasviel, y que se convierte en un calmo preludio para ofrecer respiro al espectador, antes de la que sin duda es la mejor lograda de las batallas, entre Rin y Sakura.
En ella logran equilibrar tanto las secuencias de acción plagada de lances irreales producto de contraponer los congelamientos con los movimientos trepidantes, recurriendo a puntos de vista rebuscados y las perspectivas que estiran al máximo los puntos de tensión, en medio de escenarios que reclaman una abrumadora grandilocuencia; con diálogos sin excesos que desnudan poco a poco el conflicto.
Así pues, aunque la película se regodea de más en algunas explicaciones, y es completamente dependiente de sus predecesoras, por lo que puede resultar casi inaccesible para aquellos no iniciados en la franquicia a la que pertenece; justifica su proyección en la pantalla grande y responde a las expectativas de los miles de seguidores de la franquicia.