Con la polémica que acompañó —y con justa razón— el estreno de la serie “Rompan Todo”, aún flotando en el aire, llega "Héroes: Silencio y Rock & Roll", un documental mucho más equilibrado, a medida tanto para la banda como para los seguidores de la misma, pero además con los agregados necesarios para resultar de interés para los melómanos, y de paso bastante entretenida para los no iniciados, aquellos que aquí descubrirán el trasfondo y repercusión de rolas que han incluido en sus track list personales, sólo porque se las toparon en alguna fiesta, en una noche de cervecería o en el clásico compilado de rock en español.
Y es que el recorrido de los Héroes del Silencio, en mayor o en menor medida, tiene todos los elementos de las clásicas historias de rock, desde la reunión casi incidental de los integrantes y el que las circunstancias empujarán a uno de ellos a asumir la voz y convertirse en frontman, pasando por sus participaciones en concursos y presentaciones en toda clase de foros, hasta el pleito con la crítica, la postura de irreverencia ante el sistema, la lucha por escapar de etiquetas que incluían “grupo de peluquería”, y los respectivos excesos, que si bien aquí no se profundiza demasiado en ellos —y tampoco resulta precisamente necesario—, no los eluden, basta mencionar el momento en que surge la pregunta “¿Que tanto hay de cierto en el mito de que estaban completamente drogados al componer la canción ‘La Sirena Varada'?” y la más que elocuente respuesta.
Así pues, todo estaba ahí y el director lo aprovecha siguiendo los lineamientos usuales, recurriendo a segmentos televisivos, grabaciones caseras y diverso material impreso, guiado por los testimonios de los músicos en cuestión, sus managers, productores y periodistas profesionales, enlazados con sus composiciones más emblemáticas —hay algunas omisiones por supuesto— como “Entre Dos Tierra” y “Maldito Duende”, aludiendo a un efectivo sentido dramático, sin abusar de ello para no caer por completo en la manipulación, lo que le convierte en un disfrute extra.
Por otro lado, no son muchos, pero se agradece cuando se permite salir de los lineamientos usuales, mezclando la explicación de cómo se gestó alguna de las rolas, con lo que fue el resultado, para mostrar un poco de los procesos creativos.
Pero quizás el principal acierto está en que desde un principio atienden a lo que representó el surgimiento de una de las propuestas musicales integrantes del movimiento que a finales de los 80s lanzó un reclamo al centralismo cultural del que adolecen aún nuestras sociedades, y que además se aferró a sus raíces negándose en su momento a emigrar a alguna de las grandes urbes. De hecho, Zaragoza, el nombre de su ciudad natal, es quizás la palabra que más se repite durante el documental después del nombre de la banda.
Claro, no se trata de un producto que proponga en la cuestión cinematográfica ni mucho menos, y si de algo adolece es de pasar de largo a la hora de ponerle rostro a los fans, que quedan más como el sonido de fondo, pero resulta un retrato tan disfrutable como enriquecedor con respecto a esos Héroes del Silencio que hicieron ruido hasta alcanzar el cielo y marcar época en la historia del rock hispano, para luego ser víctimas de su propio afán de apuntar a todos lados y no parar haciéndole honor a su tema “Avalancha”, encontrando en el desgaste y la arrogancia de la que siempre se señaló que les caracterizaba, sobre todo a Enrique Bunbury; el detonador que les haría válida la sentencia de otra de sus canciones más famosas “Todo arde si le aplicas la chispa adecuada...”, cuya interpretación fuera uno de los puntos más altos de aquella anhelada reunión de 2007, que han atinado a no repetir simplemente empujados por la cuestión monetaria.
“Héroes, Silencio y Rock & Roll” llegó este fin de semana a la plataforma de Netflix.