Ante un entorno en donde la opinión pública no sólo está polarizada, sino que se guía principalmente por aversiones personales reflejadas generalmente en señalamientos estériles a través de las redes sociales que funcionan cuál engañosos indicadores, mientras cada vez son más las celebridades que se ganan el apoyo del ciudadano a la hora de buscar ocupar cargos en el gobierno, como resultado de un claro y justificado descreimiento en los políticos de carrera; resultan de vital importancia acercamientos documentales como “La vocera”, cuyo gran acierto es el rescatar la figura de líder social que obedece a la verdadera naturaleza del representante.
Poniendo en juego su depurada habilidad para equilibrar la mirada íntima, con las implicaciones en el escenario global, sin perder nunca de vista la soltura narrativa, Luciana Kaplan —“Rush Hour” (2017)— aquí hace hace un recorrido sereno y preciso, que va del momento en que con la presencia del EZLN, Maria de Jesús Patricio Martinez mejor conocida como Mary Chuy —defensora de los derechos humanos y médica tradicional— es nombrada vocera del Congreso Nacional Indígena; hasta llegar a cuando buscaron convertirle en aspirante a la presidencia, y el como finalmente fue desplazada por el sistema en pro de cuestionables personajes.
Entregando pasajes puntuales estructurados dentro de un mosaico de imágenes con reuniones, mítines, entrevistas y fragmentos de programas televisivos sobre el proceso que vivió la protagonista, quien para sortear algunas de las trampas que acompañaban los cuestionamientos mediáticos, siempre se mantuvo consiente de su labor como vehículo para amplificar los justos reclamos de aquellas comunidades que le pusieron en ese lugar; el relato transita lejos de los aspavientos, sin olvidar darle rostro a las personas que forman parte del movimiento, y con las que nuestra historia y actualidad, aún manchada por el racismo y la desigualdad, tiene una deuda ineludible.
Es cierto que la sobriedad que distingue a “La Vocera” llega a ser excesiva, asfixiando algunas situaciones que reclaman un mayor énfasis en el contenido emocional, pero la fuerza y significado del testimonio se mantienen, colocándole como una de las propuestas más interesantes dentro del programa de la edición 11 de FICUNAM, que sin duda es el gran festival cinematográfico de la Ciudad de México, y por cierto también se puede disfrutar en la plataforma de Cinépolis KLIC.