Estreno en cines

Cosas Imposibles: ¿Vale la pena la película de Ernesto Contreras sobre la soledad?

Llega a cines de México la película "Cosas Imposibles", del cineasta mexicano Ernesto Contreras; el filme aborda la soledad y la amistad entre una anciana y un joven

"Cosas Imposibles", de Ernesto Contreras, se estrena en cines de México Especial

Con “Cosas Imposibles”, del mexicano Ernesto Contreras —“Sueño en otro idioma” (2017)—, vuelve a demostrar no sólo su enorme capacidad para refrescar fórmulas, al encontrar y desarrollar vínculos que les conectan con un entorno específico —en este caso el de la Ciudad de México—, sin que pierdan un ápice de universalidad; sino para darse la oportunidad de ofrecer enfoques distintos con respecto a temas recurrentes en su filmografía, manteniendo el sello que le distingue, la sutileza de las miradas que en contraste revelan una profunda humanidad.

Aquí, al igual que sucede con su devastadora “Párpados Azules” (2007), es la soledad crónica que impregna las entrañas de las grandes urbes, lo que ocupa los afanes de la propuesta, sin embargo, esta vez no parece como una afección incurable.

Ahora los patios, plazas y andadores de los multifamiliares, que igual se convierten en una representación del laberinto emocional en el que se encuentran sumergidos los personajes, no lucen infranqueables, y tampoco quedará la resignación de compartir el hastío, como el único modo de poder seguir transitando por ellos.

A pesar del abandono al que parece estar condenada la protagonista, una mujer de sesenta años —interpretada por una minuciosa Nora Velázquez—, agobiada por sus propios demonios, representados en insólitas visiones que incluyen cantantes interpretando viejas canciones en las azoteas de los edificios, quien además habrá de encontrarse con un joven —papel a cargo de Benny Emmanuel— que sobrevive como puede ante un ambiente que asfixia las aspiraciones; el drama se sostiene sin caer en los excesos, no niega cierta sordidez, pero va aderezada con pequeños toques de humor e imágenes luminosas.

Claro que hay situaciones que tensan el relato —con alguna bordeando cierta inverosimilitud—, pero siempre apuntan al desahogo, ese que surge de mirarse a través del otro y empuja a la reflexión.

Porque de eso se trata “Cosas Imposibles”, de entender las distintas formas de compañía, de asumir la posibilidad de perdonarse, de buscar alivio sea cual sea, y permitirse la redención, no importa la edad ni las circunstancias.

El director no apuesta por efectismos o alardes técnicos, tampoco hay falsas pretensiones ni condescendencia, solo el oficio y la honestidad al servicio de una historia que lleva a la naturaleza de la empatía, a tomar forma en el cine. Gran opción que llega a la cartelera comercial y circuitos independientes.

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