Desde la película anterior quedó establecida la transgresión a la fuente original. La dicotomía producto del odio complementario de Eddie Brok hacia Spiderman, y el del simbionte hacia Peter Parker, la cual da origen a Venom, al no contar con la presencia del héroe arácnido, quedó reducida a una simple compatibilidad orgánica.
Todo además metido dentro de la clásica fórmula en donde un pobre sujeto se ve atado a una criatura incómoda, y se la pasa tratando de mantenerla oculta al resto del mundo, la cual hemos visto aplicada en producciones que van de Ratatouille a Mi marciano favorito, pasando por clásico de la televisión Alf, con el que desafortunadamente -dado sus pretensiones- Venom Carnage Liberado termina encontrando cierto parecido.
Y es que entre combates espectaculares que apenas y lucen unos cuantos tintes de violencia -esto con el claro afán de llegar a un público más amplio-, la película dirigida por Andy Serkys se presenta solo como un puñado de genéricas escenas tipo comedia de situación, que van de un desayuno destinado al desastre, a un encuentro entre el protagonista y su ex.
En ellas no solo se apunta al humor negro sin alcanzarlo nunca, sino que se pretende que el ingrediente gracioso lo aporten los comentarios de la criatura extraterrestre, mientras tienen que lidiar con la génesis de su inesperada desendencia que se da en el cuerpo de un demente; sin embargo estos apenas y resultan simpáticos ante lo genérico de los planteamientos y la falta de rigor en el desarrollo de una trama plagada de huecos arguméntales.
En contraste, es precisamente la construcción del antagonista lo que le otorga algo de solidez a la propuesta y la pone apenas un poco por encima de su predecesora. Woody Harrelson resulta ideal físicamente para encarnar a Cletus Kasady/Carnage, además de que sabe mantener bajo control la gestual exacerbada que pide a gritos el personaje, dando pie a puntuales referencias con relación al que en su momento interpretara en la genial y subversiva Asesinos por Naturaleza de Oliver Stone.
Mención aparte merece la secuencia animada con la que exponen sus antecedentes y motivaciones, dimensionando con ingenio retorcido la perversidad y cinismo que le caracteriza. Sin embargo, esto es de lo poco que se puede rescatar de Venom Carnage liberado, la cual, si se es poco exigente con el uso de los lugares comunes y las incongruencias, puede llegar a resultar un entretenido vehículo de evasión y nada más.
Por cierto, tiene una escena post créditos que confirma algo que en realidad ya se sabía, pero que aún así luce prometedor.
KR