Aventura genérica

Lightyear, sin llegar al infinito y más allá

La película ha sido prohibida en 14 países, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Líbano, Indonesia y Egipto, porque contiene una escena en la que una pareja homoparental de mujeres se besa

El emblemático astronauta, en un fotograma del filme.
El emblemático astronauta, en un fotograma del filme. Foto: Especial

Lightyear, precuela spin off dirigida por Angus McLane —BURN-E (2008)—, que se presenta como la película del personaje humano que inspirara el juguete que a su vez es uno de los protagonistas de Toy Story (1995), convirtiéndose así en un hasta cierto punto ingenioso ejercicio de ficción dentro de la ficción, no posee el empuje emocional de la franquicia a la que pertenece, pero al menos es consistente en su propuesta y deja que la nostalgia haga lo suyo para ser una apenas digna extensión de la misma.

Los rasgos de grandilocuencia caricaturesca heroica que ya le conocíamos a Buzz Lightyear aquí son atenuados en favor de una aventura genérica sobre la exploración planetaria que, a diferencia de lo que, salvo excepciones como Cars 2 (2011) o Buscando a Dory (2016) del propio McLane, ha sido el cautivador sello de Pixar; se sostiene sobre un mensaje sumamente simple acerca de la importancia del trabajo en equipo, lo cual sirve de pretexto para la que los personajes secundarios aporten las acostumbradas y medianamente funcionales ocurrencias humorísticas, pero es todo.

En contraste, el mucho más interesante planteamiento acerca del paso del tiempo en relación con los viajes espaciales, que empuja a reflexionar la percepción que se tiene de lo que representa tanto para uno como para las otras personas, el tener una vida, definir prioridades y significar el deber; es la que ofrece los mejores momentos; sin embargo, transita por lo anecdótico hasta que sirve como mero detonador para el despertar de conciencia del protagonista.

Hay un dejo de añoranza por las épocas de fascinación que generaba la NASA, además por supuesto de múltiples referencias a la ciencia ficción y la fantasía, que van de Star Wars a Jurassic Park y al resto de la saga que le da origen, pero eso es lo que se convierte en el único real enganche para quienes hoy son adultos y crecieron con ella.

Lightyear es una producción simpática que dejará satisfechos a los más pequeños, pero que se queda lejos de ir “Al infinito y más allá”, como en múltiples ocasiones lo han hecho los también creadores de Bichos (1998), Monster Inc. (2001), WALL-E (2008) y Soul (2020), quienes recientemente habían estado relegados a la plataforma digital de Disney, y ahora regresan a la gran pantalla con una apuesta segura en cuanto a entretenimiento se refiere.