Mon Laferte, quien recientemente anunció su doble nacionalidad, deleitó a su público con un gran espectáculo compuesto de una introducción y tres actos en los que la cantante hizo un recorrido por toda su trayectoria llena de versatilidad. Logró congregar la noche del miércoles a 10 mil asistentes en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México.
Entre las butacas se lograban percibir una gran cantidad de diademas con flores y las asistentes lucían atuendos que remitían a la década de los 50, look característico de la cantante que hace unos años la volvió popular.
Las luces se apagaron, la multitud gritaba y al fondo se escuchaba "Yo soy aquel" de Raphael. A las 20:50 horas Mon Laferte apareció en el escenario interpretando "Aunque te mueras por volver". Portaba una gabardina negra y estaba acompañada de ocho músicos vestidos con trajes blancos.
Las ovaciones del público demostraron que la intérprete cuenta con un gran número de fieles seguidores. La introducción continuó con "Tormento", "Invéntame" y "Antes de ti".
La cantante se ausentó por un momento para la presentación del primer acto. En las pantallas se proyectó una escena dramatizada en la que aparecía Laferte junto al actor Alejandro Speitzer. La chilena hizo su reaparición con "Supermercado", portando una camisa blanca, pantalón negro y una guitarra Les Paul.
El primer acto estuvo compuesto de rock, country y folk con temas como "Si tú me quisieras", "Química mayor" y "Placer Hollywood", entre otras.
Mon Laferte se expresó emocionada por su reciente maternidad. Comentó que se sentía asombrada de estar inmersa en su mundo de ser madre para de repente salir y tocar ante un Auditorio Nacional lleno.
Después solicitó a los asistentes prender las luces de sus teléfonos para terminar el primer acto del show con "Good Boy".
El segundo acto inició con "Vuelve por favor" y "La Mujer". Para esta parte la cantante interpretó temas con tonos cabareteros, música francesa, regional mexicano y ritmos tropicales.
Mon Laferte portaba un saco negro con minifalda, camisa blanca y corbata oscura. La cantautora demostró que es una artista completa con algunas coreografías en el escenario.
Las luces del auditorio se apagaron y un reflector apuntó a la chilena, que apareció al centro del escenario sentada en un banco. "La siguiente canción es una confesión y es algo que no debería haber vivido nunca y no debería vivir nunca ninguna mujer, ni ninguna niña", pronunció Mon Laferte para después interpretar "Crying Diamond". Al fondo de la pantalla se podía leer la letra en el idioma en el que la compuso y su traducción.
