Estreno en cines

Sintiéndolo mucho: ¿Vale la pena ver el documental sobre Joaquín Sabina?

Se estrenó en cines el documental "Sintiéndolo mucho"; te decimos si debes ver la película sobre la vida de Joaquín Sabina

Sintiéndolo mucho: ¿Vale la pena ver el documental sobre Joaquín Sabina?
Sintiéndolo mucho: ¿Vale la pena ver el documental sobre Joaquín Sabina? Especial

Pues "Sintiéndolo mucho", pero los 15 años durante los que tuvo oportunidad de recabar material sobre el andar del célebre Joaquín Sabina, más que servirle para ofrecer lo que podría haberse convertido en el acercamiento documental más preciso y revelador que se le ha realizado; a Fernando Leon de Aranoa —"El buen patrón" (2021)—, parecen sólo haberle servido para perder la brújula.

Y no es que le hagamos honor a “Lo niego todo”, una de las composiciones del también poeta andaluz. Hay que reconocer que, en su primer tercio, la propuesta es más que prometedora al afanarse en dimensionar sin manipulaciones extras ni adornos, la trascendencia de la figura y el hombre detrás de ella, o resumido en sus propias palabras, “Sin bombín”.

Aunque algunos momentos clave de sus inicios los toman casi de refilón, es desde ahí que lo ingenioso de sus charlas se establece como uno de los bastiones para el retrato que, eso sí, siempre resulta cálido. Entre confesiones diurnas y declaraciones trasnochadas se va delineando a aquel romántico con vocación de revolucionario, enamorado de la ironía de lo contradictorio, así como de la cultura mexicana del arrabal elevada al estatus de culto y estilo de vida, que ha sido definitoria de su música.

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El asunto es que muy pronto tales aciertos se convierten en pequeños hallazgos que se sostienen apenas por el constante énfasis en mostrar la ansiedad tras bambalinas, que, a pesar de los años de experiencia, le suele llevar al borde de las crisis en el previo de cada concierto.

Incluso el mismo relato apunta líneas a seguir que no llegan a ser transitadas, dígase la presencia de la hoy esposa del artista que, tras décadas de estar a su lado pese a la abierta postura de éste a no casarse de nuevo, recientemente consolidó su relación en el altar. Y qué decir de su pasión por el fútbol, como hincha declarado del Atlético de Madrid. Estos temas quedan en el aire, mientras el director cobra un protagonismo innecesario frente a la cámara.

Pero el punto más endeble llega con el contraste desigual entre el trágico incidente con la cornada que sufre el torero José Tomás en la plaza de Aguascalientes y la caída que tuvo el cantante durante su presentación en el WiZink Center de Madrid, que contrario a las pretensiones del paralelismo, queda reducida a una simple anécdota.

Claro, todo cierra con la grabación de la canción “Sintiéndolo mucho”, dando fe de la actualidad de un Joaquín Sabina que, a pesar de todo, se mantiene a pie firme ante el paso de los años, gracias al inquebrantable espíritu del bohemio que sólo sabe recorrer el camino a su manera.

Son pequeñas secuencias como ésta, la cual resulta de las más emotivas, y por supuesto la presencia por sí misma del artista, lo que salva una película que como tal sabe a poco, y desperdicia lo que era una gran oportunidad.