Cine

El poderoso Victoria, un simpático western

Actúan Damián Alcázar y Joaquín Cosío; Gerardo Oñate dice sentirse honrado de compartir pantalla con ellos

Parte del elenco de la cinta de Raúl Román.
Parte del elenco de la cinta de Raúl Román. Foto: Especial

El filme El poderoso Victoria, dirigido por Raúl Román, es estelarizado por grandes estrellas del cine mexicano, tales como Damián Alcázar, Roberto Sosa, Luis Felipe Tovar, Joaquín Cosío y Edgar Vivar, entre muchas otras. Para Gerardo Oñate, quien forma parte del elenco, fue un honor compartir pantalla con estos titanes de la actuación.

“Yo los admiraba incluso cuando no era actor. Cuando me volví actor empecé a pensar en la posibilidad de hacer una película con alguno de ellos y mira cómo son las cosas que me paso con todos de un jalón”, dijo Oñate a La Razón.

El actor aseguró que esta producción les permitió a los talentos emergentes aprender en el set de estas leyendas y ver por qué son tan buenos en lo que hacen.

“Como personas son bien chidos, para empezar, pero son muy buenos compañeros, es decir, te ayudan a que la escena salga perfecta y trabajan mucho en función del personaje que tienen enfrente y eso hace que cuando todos trabajamos para el otro, las escenas salgan increíbles”, resaltó el histrión, quien apuntó que “trabajar con ellos es un privilegio”.

El poderoso Victoria se sitúa en 1936, La Esperanza, un pueblo al norte de México, que se ve amenazado cuando se les informa que las vías del tren, el único medio que conecta a la localidad con el exterior, serán clausuradas. La única forma de conservarlas es teniendo al menos un tren en funciones, por lo que un grupo de pobladores se aventura a construir una locomotora con sus propios recursos.

Gerardo Oñate interpreta a Durán, un joven maquinista que deberá elegir entre renunciar a sus sueños y al amor de su vida o emprender la aventura de construir el tren de vapor: “Todo lo que sucede en relación al pueblo de La Esperanza y a esta aventura está narrado a través de los ojos de Durán. Es decir, sí es el protagonista, pero realmente están sucediendo muchas cosas en el pueblo y es justamente Durán, quien le da pauta a la historia”, explicó.

La película, que llega a salas mexicanas a partir de hoy, es descrita por Oñate como un simpático western con tintes de ese característico humor mexicano que nos acompaña hasta en las más terribles desgracias.

Asimismo, habló sobre las complejidades de filmar la película, pues para poder lograr las escenas con trenes reales tuvieron que viajar al extranjero: “Fuimos a filmar a Nevada para utilizar las vías del tren y unas de las máquinas de Ely, un pueblo ferrocarrilero muy cerca de Las Vegas, donde sí tienen trenes operando y donde tuve la oportunidad de manejar uno”.

“Fue una experiencia realmente interesante como actor, pero también es una experiencia muy interesante para la audiencia, porque lo que ven es lo que es. Sí están viendo un tren que funciona, avanza y produce vapor”, señaló Oñate, quien destacó la labor del trabajo de producción, pues lograron una imponente calidad visual para esta cinta.

“Es una película que costó su lana, pero parece que costó el doble por el hecho de que contó con una planeación muy meticulosa”, dijo el actor.

Gerardo Oñate además resaltó que “fue muy lindo trabajar con todos ellos porque tenían clarísima la cinta, existía un sentido de mucha confianza en el trabajo de los demás y eso permitía que todo fluyera. Eso solamente reafirma que el cine es un proceso colaborativo”.