“Noche sin paz” es una historia de un inusual sujeto vestido de Santa Claus, quien enfrenta a un grupo de ladrones que toma por asalto la reunión familiar encabezada por una matriarca millonaria, y deja la sensación de que en realidad no cuenta gran cosa, y es verdad, lo cual no nos extraña tratándose del director Tommy Wirkola —“Hansel y Gretel: Cazadores de brujas” (2013)—.
Sin embargo, la anécdota se presenta con las suficientes dosis de espíritu navideño, permitiéndose dar un siempre importante mensaje sobre la codicia y la capacidad de ilusionarse, tan bien equilibradas con las de violencia, desfachatez y humor negro, que logra ponerse por encima del promedio de este tipo de productos y dejarnos en claro que la comedia de acción está más viva que nunca.
Tomando como base la estructura de “Duro de Matar” (1988), incluyendo al héroe improbable escabulléndose a regañadientes por la casa sufriendo golpes y heridas, los radio transmisores para establecer el vínculo entre los protagonistas, y las persecuciones en motonieve aderezando el show, además de los homenajes al clásico “Mi Pobre Angelito” (1990), llevándole al extremo con todo y un par de mercenarios metidos para la ocasión en el rol de torpes ladrones, y hasta una secuencia de pelea muy al estilo del final de “Arma Mortal” (1987); la propuesta encuentra una violenta, divertida y, aunque parezca absurdo —dada la cantidad de referencias—, a veces entrañable identidad, gracias a la desfachatada mezcla con una irreverente versión del célebre relato “A Christmas Carol” y el resto de la imaginería de estas festividades a la que para nada despoja del misticismo que le caracteriza.
A lo anterior hay que agregar un John Leguizamo recuperado en completa forma para encarnar un arquetipo reconvertido en retorcido Scrooge, amén de un David Harbour que como ya había demostrado con su Red Guardián en “Black Widow” (2021), vaya que sabe jugar entre la ternura, el desencanto y el cinismo, para asumir a este Santa en el lugar y el momento equivocado, personaje a modo que estaba buscando después de su fallida versión de “Hellboy” de 2019, y de mantenerse ya por bastante tiempo como parte de la exitosa franquicia de “Stranger Things”.
Así entonces, como decíamos de inicio, la película tiene poco que decir, pero tampoco lo pretende, y aunque es predecible y hacia el final se alarga de mas, el giro inicial genera el suficiente interés para sostener un trayecto que no pierde el paso, y no tiene la menor reticencia hacia la sangre, el sadismo y la cursilería entre escarcha, cascanueces, martillos y granadas. “Noche sin paz” resulta muy disfrutable y tiene el potencial para volverse un título recurrente de la temporada.