Diego Luna y la comunidad teatral de México se reunieron en el Palacio de Bellas Artes para dar el último adiós al coreógrafo y arquitecto Alejandro Luna (1939-2022), considerado como uno de los más trascendentes escenógrafos de México, creador que encauzó a la dramaturgia nacional por nuevas rutas.
Exactamente, a los 12 y 15 minutos, bajo la cadencia del “Cuarteto de Cuerdas en re menor”, de Franz Schubert, entró el actor Diego Luna acompañado por su hermana María, sus hijos, familiares y amigos con una pequeña urna con las cenizas de su padre para colocarla en el centro del vestíbulo bajo ovación total de los asistentes.
Breve guardia de honor de la familia que dio paso a las palabras de Diego Luna: “Para mi papá el teatro era todo, por eso quisimos despedirlo aquí en este sitio, su casa, junto con sus familiares, pero sobre todo con ustedes, que fueron cómplices de todas sus provocadoras coreografías: ustedes, en realidad la familia que él escogió para compartir su pasión por la luz”, expresó arropado por la emoción el protagonista de “Y tu mamá también”.
Por su parte, Lucila Jiménez, directora del INBAL, destacó la labor creativa de Luna, que “revolucionó la escenografía del teatro latinoamericano con una propuesta osada, inteligente y provocativa. Su visión fue siempre vanguardista. Formó a varias generaciones de coreógrafos, iluminadores y directores que lo veneran hoy con afecto”.
El escenógrafo Jorge Ballina, quien fue durante los últimos años asistente del “alquimista del teatro mexicano”, subrayó que “la escenografía mexicana alcanza significación y trascendencias internacional, gracias al imaginario transformador de Alejandro Luna”. El joven director David Gaitán dijo: “Alejandro Luna más que todo construyó mundos en el teatro, maestro de la iluminación: cada objeto en el tablado cobraba vida desde su mirada exigente y seductora”.
El destacado director y dramaturgo Luis de la Tavira enunció: “Ha muerto un artista cabal, un campeón de la vanguardia escénica, extraordinario hacedor de prodigios en el proscenio. Su sabiduría y sensibilidad nos arropó a todos. Fue el mayor cómplice de la comunidad teatral mexicana; supo convertir el escenario en el espacio donde todo lo que es, se transforma en otra cosa. Decía que la escenografía no existe, que lo que existe es el teatro desde el milagro de la luz, inventora del mundo. Su pasión teatral: una lampara que hace que el arte dramático sobreviva desde los resplandores de sus ojos”.
Marina Núñez Bespalova, subsecretaria de Desarrollo Cultural, trasmitió un caluroso mensaje de la secretaria de Cultura Alejandra Frausto Guerrero, a la familia del homenajeado: “La Secretaría de Cultura reconoce la labor de Alejandro Luna por más de 50 años ambientando con imaginación y sensibilidad el teatro de México y del mundo”.
El “Canon en re mayor”, de Johann Pachelbel, ejecutado por un Cuarteto de Cuerdas de músicos de la Orquesta Sinfónica Nacional, acompañó a la última guardia de honor de la familia y amigos del escenógrafo, quien como suscribió Luis de la Tavira, fue “un artista que supo llevar la luz y sus fulgores a todos los ángulos del espacio teatral donde actores y actrices generan vida y transforman al mundo”.
