Tras conseguir su segunda nominación a los premios Ariel y luego de unirse al Universo Cinematográfico de Marvel (UCM), Mabel Cadena toma una pausa para voltear a ver el camino que ha recorrido a lo largo de los años. En 2022, la actriz mexicana cosechó los frutos del arduo trabajo con el que paulatinamente ha conseguido cada uno de sus logros y hoy abraza una carrera de la que se siente profundamente orgullosa.
En la edición 2021 de los premios Ariel, Mabel Cadena —quien nació en el Estado de México, pero creció en Veracruz— obtuvo su primera nominación como Mejor Actriz por la cinta El baile de los 41, en donde interpretó a Amada Díaz, hija del expresidente de México Porfirio Díaz. En la edición 2022, la actriz obtuvo su segunda nominación en la categoría de Mejor Coactuación Femenina por La diosa del asfalto.
La actriz dijo, en entrevista con La Razón, que ambos proyectos fueron retos realmente demandantes que empoderaron su voz como actriz y como mujer. Confesó que de no haber participado en estas producciones no se habría sentido preparada para el reto que estaba por llegar: Black Panther: Wakanda Forever.
Mabel Cadena se considera una mujer honesta y aguerrida, que trabaja incansablemente por conseguir sus objetivos. Alguien que se entrega completamente a cada uno de los proyectos en los que participa y que disfruta cada uno de los procesos que le presenta la vida.
Percibe su carrera como un bucle en el que hay que resolver situaciones, planear estrategias, fijar objetivos y hacer cambios de planes para alcanzar una línea larga y recta en la que encuentra tranquilidad. El 2022 representa para la actriz esa línea en la que puede parar y disfrutar de la admirable carrera que ha construido.
¿Cómo asimilas el 2022 luego de tu llegada al UCM y después de la nominación al Ariel? He tenido años muy buenos. Creo que los últimos cinco han sido superbonitos, pero, la verdad, particularmente este año ha sido de muchísima pausa; de disfrutar, justamente de voltear a ver todo el recorrido que está detrás de mí, todo el trabajo que he realizado a lo largo de los años para hoy, después de tanto, llegar a contemplar qué es lo que ha pasado con mi carrera, lo que ha pasado conmigo como mujer y como actriz.
Ha sido para saber hacia dónde quiero caminar, porque suceden cosas que me propuse y empiezo a ver que tengo una carrera de la que me siento orgullosísima, con una diversidad de energías, de mujeres, de historias. Ha sido ese año donde abrazo todo el trabajo que he hecho durante tantos años, donde disfruto el viaje, donde me doy cuenta de lo orgullosa y feliz que me siento y el enorme privilegio que tengo al dedicarme a lo que hago.
¿Cómo describirías el camino que has recorrido durante tu carrera? Los describiría como un bucle. Cuando estudiaba actuación, mi maestro, Ostos Soyuz, nos dibujaba un bucle y nos decía: “El camino del actor es esto: de pronto viene una línea muy larga y muy tranquila, y de pronto llega otra vez el bucle”. Creo que así describiría mi camino. Ha estado lleno de bucles. De pronto una larga pausa de disfrute y contemplación, y luego otra vez resolver, planear estrategias, cambios de planes y objetivos.
¿Cuál consideras que ha sido el ingrediente secreto que has usado día a día para llegar hasta este punto? Creo que he tenido dos cosas: nunca en mi vida he hecho algo que no tenga verdad y he sido muy terca. Además, soy muy estratégica y hago oídos sordos.
En cada uno de los personajes que he hecho en mi vida siempre he pensado en que va a brillar el equipo, va a brillar mi compañero, va a brillar mi compañera, voy a hacer lo mejor que pueda por este personaje y le voy a poner mi verdad; le voy a dar la vuelta a la historia.
Creo que esa ha sido mi apuesta y, al final, creo que se termina notando en la pantalla. Esto ha hecho que mi carrera se abra hacía otros personajes y la verdad es que me siento muy orgullosa de eso, porque no peleo nada como actriz que no crea como Mabel.
¿Qué representa para ti La diosa del asfalto? El inicio de un cambio significativo en mi madurez, tanto como mujer como actriz. Siempre quise hacer cine, pero recuerdo que ese primer día llegué sin saber bien qué iba a hacer. Estaba muy nerviosa por enfrentarme al lenguaje cinematográfico de esa forma por primera vez. Era un personaje complejo.
La diosa del asfalto vino a traer a mi vida mucha fuerza como mujer. Empoderó mi discurso y empoderó la voz de Mabel. Lo describo así porque después viene El baile de los 41, que empoderó mi voz como actriz y, cuando consumo a estas dos mujeres, el resultado es una Mabel que no solamente sabe lo que quiere como mujer y está dispuesta a defender sus ideales, sino también sabe lo que quiere como actriz. Ya no es una principiante; ya no es alguien que está luchando para ganarse el puesto; es una mujer que ya sabe el arte que domina, que ya sabe lo que quiere pedirle a un director o a una directora y que tiene claro cómo quiere sumar a un proyecto desde su trabajo.
Para ese momento ya tengo mucha claridad del rumbo que quiero tomar y es algo que hoy me parece muy chistoso, porque —bien dicen que las cosas pasan por algo— pienso que no hubiera estado lista para Black Panther si no hubiera pasado por estos dos procesos para poder encarar a un monstruo como el que enfrenté ahí.
¿Cómo esperas que tu trabajo y los personajes de Black Panther impacten en la industria cinematográfica en el tema de la representación de diversas culturas? Cuando vi por primera vez la película me quedé sin palabras y lloré mucho porque sentía algo que nunca, nunca, había sentido dentro, que no sabía cómo expresar. Pensé: “No sé lo que signifique la representación, pero lo que acabo de ver, para mí, eso es”, porque por primera vez impactó en mi cuerpo y en mi vida de una forma que no había dimensionado.
Tengo mucha ilusión porque todo tipo de infancias se sientan representadas, que todo tipo de rostros, no solamente los que encajan dentro de un sistema de belleza que hemos construido, sino todo tipo de colores, todo tipo de idiomas. No se trata de que dejen de existir ciertas historias, se trata de que todas las historias existan, de que todos los rostros estemos en pantalla, de que cada uno de los seres humanos alrededor del mundo podamos sentir nuestras historias, nuestras lenguas, nuestros rostros, en esas pantallas. Para mí es muy importante que en la representación no sólo se hable de visualización, sino de distribución. Eso es lo bonito de esta película, que no solamente se está poniendo la representación ahí, sino que se está distribuyendo.
¿Qué esperas del 2023? Que siga sumando a esta lucha de mis ideales, de mis valores, de las mujeres profundas y complejas que quiero representar. Más allá de las historias, me estoy tomando el tiempo de analizar, de leer y de contribuir para que sea importante. Que sean esas historias que se filtren en el inconsciente sin que te des cuenta de que ahí se sembró la semilla. Tengo mucha ilusión por las historias que vienen, por el futuro y por las ficciones que estoy por habitar.
- Formación: Estudió la licenciatura en Psicología y, posteriormente, una maestría luego de graduarse en la carrera de Actuación.
- Trayectoria: Debutó en la serie de televisión Capadocia para HBO Latinoamérica (2012). Participó en El Señor de los Cielos (2014) y Hernán (2019). Incursiona en el cine con Los adioses (2016), La diosa del asfalto (2020) y El baile de los 41 (2020).