La minuciosa y sádica transgresión de la figura del héroe en la que suele afanarse Park Chan-wook, responsable de estupendas películas como Sympathy for Mr. Vengeance (2002) y Old-boy (2003), en el filme que llegó hoy a las salas de cine mexicanas, La decisión de partir, se hace aún más evidente —aunque sin el mismo ímpetu salvaje—, al empezar por presentar la visión casi rigurosa del mismo, en este caso, un detective dedicado que se involucra con una sospechosa de homicidio; para luego abocarse en su debacle encauzando de manera sutil los lineamientos del cine negro y sus tramas truculentas, haciendo implosionar su lado más psicológico.
En La decisión de partir, sólo a veces aludiendo a lo subjetivo, con movimientos que rompen fugazmente el ritmo, yendo y viniendo de un lado al otro como si se tratara de la mirada de un mudo testigo reaccionando a los hechos, la cámara transita elegante, materializando tanto los mecanismos deductivos en una variante de ficción dentro de la ficción, como las acciones propias de la investigación de a pie con secuencias de tensión tenue pero constante.
La puesta en escena es un seductor reflejo del orden mental del protagonista acechado por una vigilia involuntaria como anuncio del trastorno, la obsesión y la confusión inminente, que se mantendrá durante la mayor parte del relato, mientras el fondo emocional eventualmente se convulsiona dentro de una trama armada con base en conversaciones rutinarias llevadas hasta el borde del aburrimiento, hurgando en la mustia cotidianidad para antes de derrumbarse y caer en la somnolencia, abrir las grietas encontradas en ella y hacer efectivos los giros que detonan la patología de los personajes sumergidos en un romance retorcido e inusual, dándole al espectador la bofetada justa para mantenerlo atento y por momentos hasta sorprendido. Todo apuntalado por muy leves toques de humor, producto de la ironía de las circunstancias.
Es en este juego que apuesta por los espasmos dentro de la abrumadora parsimonia del desarrollo, que se llega a generar cierto distanciamiento, recordándonos lo básico de la intriga criminal sobre la que se elabora todo, lo cual aunado a los acostumbrados excesos del cine asiático que estiran al máximo el dramatismo rayando en el melodrama, le cobran factura llegándole a restar vitalidad e impacto a la propuesta. Pero aun así, la fidelidad para consigo misma y con el proceso de cocinarlo todo a fuego lento, hace que en el conjunto, esta nueva obra del célebre director coreano Park Chan-wook, se convierta en una deliciosa y cínica manipulación, tan interesante como satisfactoria.
- · Director: Park Chan-wook
- · Guion: Park Chan-wook y Seo-kyeong Jeong
- · Reparto: Tang Wei, Park Hae-il y Jung-hyun Lee
- · País: Corea del Sur