En “Corsage” —cuyo agregado en español al título es de una literalidad ridícula—, el retomar la vida de Isabel de Austria conocida como Sissi, enfocándose precisamente en la navidad de 1877, cuando se encuentra en la frontera de su cumpleaños cuarenta, hace que el simple afán de academicismo y reproducción histórica usual en este tipo de producciones, se convierta en un lúcido y más que conveniente atrevimiento, que sabe sacar partido de las libertades que se toma con respecto a los hechos reales, mismo que se reafirma con el apartado musical de aire contemporáneo con acordes de folk-pop.
Con un armado de secuencias pletóricas de luz y pulcritud casi alevosa que reflejan lo estéril del lugar que le han asignado al personaje con la única labor de mantenerse joven y dentro de los estándares de belleza de su tiempo, la directora austriaca Marie Kreutzer —“We Used to Be Cool” (2016)— elabora una irónica y desencantada estilización que disecciona el mito a través del desenfado, consignando la asfixia que generan las convenciones sociales de género, que cosifican y empujan a la mujer al borde del sin sentido de la existencia, circunstancia que aún hoy no ha cambiado lo suficiente.
Para ello la también responsable de “The Ground Beneath My Feet” (2019), encuentra la complicidad ideal en el apabullante y minucioso trabajo de la luxemburguesa Vicky Krieps —“La isla de Bergman” (2021), “Old” (2021)—, quien elabora una fachada de artificiosa satisfacción, tras la que el tenso manejo de la gestual evidencia el grito desesperado contenido en una implosión de amargura e insatisfacción, que llevan a la protagonista a cuestionarse y cuestionar los límites de la Monarquia.
Se trata de una rigurosa e inteligente reinterpretación de los rasgos que definen las películas de época, convirtiéndoles no solo en el vehículo ideal para revisitar la historia, sino para hacerlo desde una perspectiva comprometida con las necesidades de nuestro contexto y otorgándole un claro sentido de denuncia ante los ineludibles temas de equidad, sin traicionar las pretensiones cinematográficas del género, como tampoco su vocación de entretenimiento, pese a no ser del todo digerible para el gran público acostumbrado al vertiginoso ritmo del blockbuster.
“Corsage: la emperatriz rebelde”, es una coproducción entre Alemania, Austria, Luxemburgo y Francia, que llega a cartelera tras su paso por múltiples eventos fílmicos como el Festival de Cannes, el Festival de San Sebastián y el Festival de Cine de Morelia.
