No hay duda de que aquella curiosa anécdota de 1985 sobre un oso negro de 80 kilos del Bosque Nacional Chattahoochee en Georgia —apodado Pablo Eskobear—, el cual murió tras consumir 30 kilos de cocaína caída del cielo debido al intento de huida en avión de un narcotraficante; tenía todo el potencial para convertirse en un pasaje fílmico absurdo y delirante…. Y nació “Oso intoxicado”
Por desgracia eso es algo que la directora Elizabeth Banks entiende y ejecuta a medias, demostrándonos el por qué naufragó en ese lastimoso intento de reiniciar la franquicia de "Los Ángeles de Charlie" allá por 2019.
Cual si se tratara de un impredecible viaje con estimulantes, paralelismo que por cierto podría haber resultado interesante si fuera intencional, la película que por cierto cuenta con una de las últimas actuaciones del fallecido Ray Liotta —“Buenos Muchachos” (1990)—, se convulsiona entre el formulaico desarrollo de la historia sobre unos niños en escapada de casa, unos traficantes afanados en recuperar el botín a los que les llegan golpes de conciencia, mismos que son perseguidos por los policías encargados del caso; y los espasmos de sangre y mala leche que detonan con lo presencia del gigantesco cuadrúpedo enloquecido, que por fin le convierten en ese chiste salvaje y absurdo que nos promete desde un inicio.
Y es que es sólo cuando la también responsable de “Más notas perfectas” (2015) se concentra en los excesos, que “Oso Intoxicado” sale de la somnolencia tipo producción televisiva de los 80s, para hacer efectivas secuencias de humor retorcido con referencias a películas clásicas y de serie b sobre acechos y ataques animales, donde la estupidez humana y la falta de sentido común es la materia prima para delinear a ridículos crimínales juveniles, e incluso dar rienda suelta a una sorna brutal con respecto al lado superficial del ecologista de pose y la burocracia envejecida, vía la presencia de una peculiar guardabosques y el sabiondo que se ha convertido en el receptor de sus escarceos románticos.
Así pues, estamos ante una película de momentos, algunos de ellos casi geniales eso si —como el que involucra una ambulancia—, la cual puede resultar algo divertida pese a que le sobra trama y le falta convicción para mantener el acelerador a fondo, desperdiciando posibilidades, tal y como lo evidencia su título en español.
Mira que pudiendo ponerle algo como “Oso Vicioso” o “CocainOso”, hayan preferido “Oso Intoxicado” ¿Pues que acaso comió mariscos?