Anime de Makoto Shinkai

Suzume, un retrato de la tragedia y redención que deja un terremoto

El director entrega una aventura bella e intensa, entre el drama y la incertidumbre; se inspira en el sismo que azotó a Japón

Los protagonistas de la cinta, en un fotograma.
Los protagonistas de la cinta, en un fotograma. Foto: Especial

Sorprende la forma en que el creador de fascinaciones animadas como Your Name (2016) y El tiempo contigo (2019), Makoto Shinkai, logra vincular los fenómenos naturales que convulsionan el entorno cotidiano, con el mundo interno adolescente, para hacer de los procesos del crecimiento una épica fantástica tan disfrutable como factible de lúcidas lecturas, donde incluso son resignificados elementos que pudieran parecer trillados, tal y como sucede en Suzume, el anime que llegó ayer a la cartelera mexicana.

Presenta puertas de entrada a un mundo oculto, lo cual hemos visto en múltiples ocasiones, pero instaladas en lugares derruidos, impregnados con los resabios de las vidas que pasaron por ahí, apuntalando lo que habrá de convertirse en un paralelismo entre las fracturas psicológicas y emocionales, y los terremotos que adquieren un nuevo sentido con la ficción y mitos.

El afán de la protagonista por ayudar a cerrar dichas entradas prácticamente sin saber por qué, es una búsqueda inconsciente por entender sus impulsos infantiles y juveniles marcados por la tragedia.

Lo anterior da pie a un recorrido por momentos frenético, a través de distintos parajes de Japón donde se van mezclando lo cotidiano con la fantasía, entre lo rural y lo urbano, mientras se desbordan los sentimientos para trascender la distancia, hurgar en la soledad y revelar la naturaleza del dolor. Todo hasta descubrir lo importante de lo aparentemente simple, apreciar los sacrificios de aquellos que siempre han estado ahí, porque decidieron quedarse y amar, y permitirse la reconciliación consigo mismo.

No pueden faltar las alegorías, las transformaciones y las criaturas mágicas entrañables que van y vienen entre la ternura, lo inquietante y lo feral. Están presentes los cielos vibrantes y casi imposibles, en los que las pinceladas de luz sobre los colores materializan la evocación y la nostalgia para hacer de telón de fondo y ofrecer viñetas llenas de matices, donde las figuras de los personajes a veces se alargan bajo los reflejos del sol, y se difuminan apuntando a lo etéreo.

De tal manera que Suzume es una aventura bella e intensa que pocas veces da respiro entre el drama y la incertidumbre, pero que no sólo emociona, sino que profundiza con soltura en los sentimientos, mientras inunda de sensaciones para conectar con el espectador a distintos niveles. Makoto Shinkai lo ha hecho otra vez.