Un concierto sin celulares y con una alta dosis de rock fue el que Placebo ofreció la noche de ayer en el Palacio de los Deportes, ante 18 mil 500 fans, que en su mayoría guardó sus dispositivos para disfrutar del show a la antigua, dejándose llevar por los recuerdos que les trajo la música de la banda originaria de Londres.
El espectáculo inició con un llamado importante para los fans: “No se pasen grabando el concierto porque es para nosotros más difícil transmitir las emociones de las canciones y es una falta de respeto para quienes están atrás que no quieren ver las pantallas de sus celulares”, dijo Brian Molko, líder de la banda, en una voz en off e invitó a los fanáticos a conectarse con el presente para disfrutar de un momento “que no va a volver a suceder”.
Minutos después las pantallas del escenario se encendieron y los gritos de los fans estremecieron el Domo de Cobre con los primeros acordes de “Forever Chemicals”.
De manera sorprendente, la gran mayoría dejó guardados sus celulares. Se dispuso a disfrutar del momento y levantó el puño para demostrar su emoción.
La banda continuó con “Beautiful James”, tema que se caracterizó por las guitarras distorsionadas que conjugadas con la voz de Molko fueron la combinación perfecta para este arranque.
Después, el público acompañó a Placebo con aplausos al compás de “Scene of the Crime”. A la mitad de la canción la banda hizo vibrar al público con su “salvaje” rock.
“Hugz” puso a sus fans gritar y aplaudirles hasta el cansancio, sobre todo por el remate en la guitarra.
“Gracias, bienvenidos a todos. Es una noche muy especial para nosotros, esperamos que sea igual para ustedes. Estamos todos en familia aquí”, dijo en un casi perfecto español el vocalista de la agrupación.
Después de esta cálida bienvenida regaló uno de los momentos más emotivos del show con “Happy Birthday in the Sky”, canción que dedicó a su hermano.
Tras esa interpretación, Placebo hizo un regreso al pasado con “Bionic” y “Twin Demons”.
El espectáculo se caracterizó por las pantallas en blanco y negro o de colores estridentes donde se proyectaba a los integrantes de la banda y por los contrastantes sonidos de sus instrumentos en cada tema, conjugados por diversos juegos de luces, logrando envolver al público en toda esa experiencia sensorial.
Con “Try Better Next Time”, uno de sus más recientes sencillos del álbum Never Let Me Go, hicieron corear la letra a gran parte de los presentes. En “Too Many Friends” tuvieron unos problemas técnicos para poder ejecutar la canción, pero la agrupación lo tomó con calma y se mantuvo animada.
“Tenemos un pequeño problemita, esta noche estamos filmando para ustedes”, dijo Molko y sus fans gritaron de emoción al saber que el show se estaba grabando.
Esperó un minuto y después comentó: “Todo lo que se puede romper se rompe, pero lo podemos arreglar”. Anunció que dejarían unos minutos el escenario y sus seguidores los animaron encendiendo las luces de sus celulares e iluminando el Palacio de los Deportes.
Después de casi 10 minutos volvieron sin poder cantar “Too Many Friends”, porque tuvieron problemas con el piano, así que optaron por interpretar “Went Missing”.
Con “For What It’s Worth” volvieron a poner la energía a tope y “Slave to the Wage” fue el colofón para alborotar a sus fanáticos.
La emoción continuaba y todavía al cierre de esta edición faltaba que sonarán éxitos como “Come undone”, “The Bitter End”, “Fix Yourself” y “Running Up That Hill”.
Casi en la recta final del show lograron resolver la falla en el piano y entonaron la esperada “Too Many Friends”, que fue como un himno para sus fans.