Vaya que es refrescante este reencuentro con el cine de terror juvenil estilo franquicias como la de “Ouija: El Origen del Mal” (2016), “The Awakrning” (2017).
En “Háblame”, entre juegos imprudentes donde la superstición se hace verdad, los directores Danny Philippou y Michael Philippou —“Ronald McDonald Playground Slaughter!” (2015)— saben conectar el contexto actual donde todo pasa por el ojo de los celulares y la internet, con el oscuro misticismo del folklore que retroalimenta las leyendas urbanas y las consecuencias del uso de objetos supuestamente cargados de energía sobrenatural como el que en este caso sirve como detonador de la acción.
De tal modo es que además aprovecha para referir lo peligroso de los retos que pululan en las redes sociales e incluso permitirse hacer un llamativo paralelismo para dar un mensaje sobre las trampas que surgen cuando el consumo de drogas y otros estimulantes se liga a ciertos estados mentales y la fragilidad emocional.
Es cierto qué hay una clara inconsistencia en el desarrollo general, pero la potencia retorcida con la que se enfoca de inicio al mostrar a la primera víctima para dejar en claro lo que viene, y que más adelante servirá para complementar esta historia sobre adolescentes que parecen haber encontrado una herramienta para comunicarse con los espíritus de los muertos; le es suficiente para sostenerse durante su primer tercio donde la tensión se diluye con la sobre explicación del drama que acompaña a la protagonista, e incluso cuando eventualmente rompe algunas de sus convenciones y en el camino descuida la línea referente a la investigación policiaca y las intermitentes reacciones del mundo adulto.
A esto se une el uso calculado de los acostumbrados sobresaltos, pero sobre todo lo explícito de las escenas de violencia que llegan tras estirar con certeza los puntos de tensión, y que terminan por llevar a buen puerto una trama que sabe lo importante de entregar de a poco la información con respecto a la naturaleza y funcionamiento del fenómeno en cuestión, así como lo despiadado que debe ser el desenlace para que la inquietud y el miedo quede flotando en el aire que se cuela por la puerta que dejan abierta a posibles secuelas.
Así entonces, con todo y los ya mencionados tropiezos, “Háblame” es un entretenido producto de género capaz de conectar con las nuevas generaciones, y con el potencial para hacer efectivos los apuntes a las situaciones ligadas a su línea argumental principal que va dejando en el camino, y así generar su propio universo franquicia.
