El rock nunca muere, es la lección que la noche de ayer dejó ante sus más de 60 mil fans la leyenda de la música de 81 años, Paul McCartney, durante su primer concierto en México de la gira Got Back Tour, que marca su retorno a los escenarios tras la pandemia de Covid-19. Fue un show de nostalgia, energía desbordada y una muestra de que los clásicos nunca pasan de moda.
Unos visuales coloridos con imágenes de distintas épocas del astro, incluido su paso por la banda que marcó un hito en la historia, Los Beatles, fueron el preámbulo para el espectáculo. Una gran guitarra en las dos pantallas del escenario anunció el arribo del cantante, quien comenzó con un clásico de mediados de los años 60 “Can’t Buy Me Love”.
“Hola México. Buenas noches, Ciudad de México. Esta noche voy a tratar de hablar un poquito de español”, dijo como bienvenida a sus fanáticos, entre quienes se encontraban niños, jóvenes, personas de la tercera edad y hasta famosos como Lenny Kravitz, demostrando que la música del exBeatle sigue viva y ha traspasado las barreras generacionales.
Acto seguido McCartney interpretó “Letting Go”, en la que coló gritos de “¡Viva México!” que el público acompañó con las palmas.
El amor que el compositor le tiene a nuestro país es tan grande y por eso apenas terminó con la anterior canción expresó: “Estoy feliz por estar de vuelta”. Es la sexta vez que el exBeatle visita tierra azteca.
El concierto continuó con “She’s a Woman” y “Got to Get Into My Life”, además regaló la interpretación de un nuevo tema que sus fans escucharon con atención. Después, Paul se despojó de su saco negro y el público empezó a gritar. Una joven le comentó a su madre: “Mira mamá, qué guapísimo”.
Con “Let Me Roll It”, el cantante se lució en la guitarra y rockeó con una energía como la que tenía en su juventud. Bien dicen varios rockeros, “esta música es la mejor medicina para mantener la jovialidad” y Paul lo demostró anoche.
En una parte del show, la leyenda de la música tocó el piano. La primera canción de este segmento fue “My Valentine” y recordó que la escribió para su esposa. “Escribí esta canción para mi esposa, ella está entre ustedes esta noche”.
También sonó “Hundred and Eighty-Five” y antes de tocar “Maybe I’m Amazed”, una de las más famosas de Paul, el compositor hizo unas improvisaciones en el piano.
Para “I’ve Just Seen a Face” volvió a tomar la guitarra y comentó a sus fans “son los mejores, son una bola de locos”, y sí, para esta presentación sus seguidores lucieron atuendos alusivos al disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, otros llevaron el vinil de este emblemático álbum y en carteles expresaron su amor al exBeatle.
Con “Love Me Do” todos los presentes gritaron de emoción y cantaron a todo pulmón este clásico. Y ya para “Dance Tonight”, el multifacético McCartney tomó la mandolina para tocarla durante este tema.
En el concierto recordó a quien fue su amigo y consideró su hermano, John Lennon, con “Here Today” y también rindió tributo a la Reina del Pop con “Lady Madonna”, el público presenció el sonido del piano de esta canción inspirado de un rock/blues de Fats Domino.
Después los fans comenzaron a gritar “oé, oé, oé, Paul, Paul” y el cantante improvisó con su guitarra, mientras que con “Something” recordó a George Harrison.
En el show no faltó “Ob-La-Di, Ob-La-Da”, un clásico con el que pidió a sus seguidores que cantaran. El éxito en su momento fue todo un hito porque se escribió cuando el reggae empezaba a ser popular en Gran Bretaña.
Hasta el cierre de esta edición, en esta velada de recuerdos y nostalgia por los años 60 y 70, aún se esperaban grandes éxitos como “Hey Jude”, “Get Back” y por supuesto “Let It Be”.