Ir a la Cineteca Nacional, ver una película y después comentarla en uno de los cafés con los amigos, tomar uno de los diplomados o seminarios que dan o hasta tomar un trago antes de la retrospectiva, se han convertido en actividades culturales y recreativas de uno de los más importantes recintos que durante 50 años preservando la memoria fílmica de México.
La Cineteca cumple este 17 de enero medio siglo convertida en una especie de “biblioteca de Alejandría” del cine que, además, sorteado adversidades como el incendio que acabó con un legado de más de seis mil películas, nueve mil libros y revistas y al menos dos mil 300 guiones en el inmueble de Calzada de Tlalpan y Churubusco, en 1982.
En entrevista con La Razón, Alejandro Pelayo, director de la Cineteca Nacional, quien ha estado vinculado a la institución desde su inicio en diferentes etapas, primero como jefe de Programación entre 1979 y 1980 y luego como director en dos ocasiones, de 1997 a 1999 y de 2013 a la fecha, platica que para celebrar los primeros 50 años van “a tirar la Cineteca por la ventana” con la exhibición de grandes clásicos de Luchino Visconti o Akira Kurosawya y un libro conmemorativo que saldrá a la luz en un par de meses.
“Cuando la Cineteca pasa a Conaculta, me nombran director, soy el primer director ya con Conaculta, de 1997 a 1999. Empezamos a dar cursos de apreciación cinematográfica, empezamos a adquirir películas que no llegaban a México, como distribuidores, y es un momento muy bonito. Yo termino en 1999, me voy al Imcine como director un año y después tengo una temporada grande como agregado cultural del consulado de México en Los Ángeles, Estados Unidos por casi 13 años. Regreso como director en noviembre de 2013 y ya había pasado una remodelación, en 2012, que concluye conmigo en 2014, entonces empieza un momento muy interesante porque empieza a subir el público, tenemos un récord en 2019 donde alcanzamos un millón 300 mil asistentes a esta Cineteca.
¿Cuántas películas tiene en su acervo la Cineteca Nacional?
--Yo creo que unos 25 mil títulos en 35 o 16 milímetros, y hay una cantidad importante también de películas en video, y mucho material gráfico, posters, promocionales, mucha fotografía de las películas, entonces es acervo videográfico, acervo cinematográfico y también de todo lo que es fotografía.
¿Cómo surge el Laboratorio de Restauración y Digitalización de la Cineteca Nacional?
Antes de la remodelación de 2012 existían las bodegas, las bodegas tienen material fílmico que se hacía, se tenía a la temperatura, grado de humedad… para que se conserven las películas y que no hubiera otro accidente. Por ejemplo, esas películas de nitrato que generaron el accidente de la primera Cineteca no están aquí, están en un espacio especial de la Filmoteca de la UNAM donde nos alquilan la bodega que tienen, para tener las películas en nitrato y que no se mezclen, entonces en ese momento, en 2012 es cuando empiezan a adquirir equipo para conservación: cámaras especializadas Arriflex, programas especiales para restauración, es muy costoso y se instala ese laboratorio y efectivamente en Latinoamérica no hay laboratorio como éste. Hemos hecho convenios con cinetecas de Latinoamérica, donde mandan personal para que vean cómo funciona.
¿Cuántas películas ha restaurado la Cineteca Nacional?
“Ahorita nos hemos concentrado en las películas digamos más relevantes en términos culturales, históricos, artísticos del cine mexicano y ahorita llevamos cerca de 150 títulos de miles, en diferentes grados de restauración, unos al cien. Es un trabajo muy laborioso. Por ejemplo, se rescató El automóvil gris y fue un proceso de más de dos años, porque era de 1919, imagínate restaurar eso, estamos avanzando en ese proceso que es permanente, pero te digo, es muy lento porque es muy caro. Una película que está más o menos en buenas condiciones te lleva de 4 a 5 meses con un equipo especializado y con equipo técnico especializado.
“Hicimos curadurías de las películas más importantes del cine mexicano a lo largo de toda su historia, de una lista como de 300 títulos, yo te diría que va como la mitad: “El lugar sin límites”, de Arturo Ripstein; “El rincón de las vírgenes”, de Alberto Isaac. “El automóvil gris”, películas como “Enamorada”, “Distinto amanecer”, de la época de oro que son de Televisa entonces con un convenio con la Fundación Televisa, y otras son del Imcine; del cine independiente de los años 80 que ahí sí el dueño de la película es su director: “Nockout” de José Luis García Agraz, “Amor a la vuelta de la esquina”, de Alberto Cortés, es así, un proceso muy interesante, pero que le cuesta recursos a la Cineteca, no vienen digamos de particulares ni nada”.
Con lo caro que sale la restauración, ¿cómo le han hecho tomando en cuenta que el presupuesto ha ido más bien en descenso?
“Lo hacemos con los recursos propios. Efectivamente, desde que yo recuerdo no ha aumentado el presupuesto, está entre 40 y 50 millones de pesos. Es importante, pero no es decisivo para que podamos trabajar por una razón: el presupuesto de recursos federales se va fundamentalmente al pago de la plantilla laboral, personas de base que son como 40 o 50, pero todos lo demás lo generamos nosotros porque somos un fideicomiso que permite cobrar sus servicios a la Cineteca y lo que se genera se queda en la Cineteca y se aplica.
“En 2019 que es cuando digo que llegamos a un millón 300 mil personas, en ese momento generamos un ingreso propio de 105 millones de pesos, que es dos veces más que el presupuesto que recibimos. Y ahorita vamos hacia allá, el año pasado casi llegamos a los 100 millones otra vez, ha ido poco a poquito. Todavía no tenemos y yo creo que no vamos a tener esa asistencia maravillosa de un millón 300 mil personas, el año pasado casi llegamos al millón, pero cien mil los aportó la Cineteca de las Artes. Así que nosotros administramos lo que genera recursos: la taquilla, el estacionamiento, la cafetería, la terraza, la tienda de parafernalia, todo eso genera recursos propios y con eso podemos sostener la restauración, entre otras muchas cosas que no podríamos hacer con los recursos federales, eso no es posible. Y la Cineteca de las Artes si bien invertimos en su remodelación ya va creciendo su público y como no tiene tantos gastos, no restaura ni tiene centro de documentación, yo creo que vamos a lograr el punto de equilibrio ingresos igual a egresos a mediados de este año.
Las ofertas de contenido por streaming y plataformas han afectado a la Cineteca?
“Sí, sí afecta, mira yo te diría que la pandemia, aparte de que nos rompió esa dinámica que había de crecimiento, porque además como tú sabes la Cineteca estuvo cerrada casi un año y seguíamos pagando a su personal, no se desprotegió a nadie y pues claro, se quemaron las reservas de la Cineteca. Si bien es cierto que no vamos a llegar a los números de asistentes que tuvimos en 2019, lo que nos enseñó la pandemia es que había otras formas de acceder a material digamos cinematográfico que nos interesaba, pero hay un público que prefiere seguir viniendo y ver las películas en pantalla grande. Tan es así que, fíjate, teníamos “Napoelón” al mismo tiempo que ya estaba en plataformas y seguía viniendo la gente. Ahorita tenemos “Tótem”, por ejemplo y con una asistencia muy importante. La oferta sí afecta, pero no que no nos permita operar”
¿Cuál es el momento que recuerde con más emoción? Se dice que cuando se estrenó El último tango en París hubo portazo…
“Sí eso fue maravilloso, fue en la primera Cineteca. La Naranja mecánica, ahí hubo portazo porque no habían llegado a México, ninguna de las dos y la Cineteca las sacó, además son extraordinarias películas, y sí, la gente quería y quería ir, duró meses eh, esos fueron momentos muy importantes. El segundo más importante fue la reinauguración de esta sede, tú imagínate, hubo un congreso de la Federación de Archivos Fílmicos el año pasado que organizó la Filmoteca de la UNAM y aquí se hizo la clausura, vinieron de todos los archivos, aquí se les ofreció una recepción y dijeron qué es esto, parece país del primer mundo, no, no, estaban impresionados. No hay nada como esto en ninguna parte.
“Con el aniversario vamos a tener de Luchino Visconti, a Akira Kurosawa, cada mes un nuevo ciclo y yo por mi parte quiero abrir esta vocación de la Cineteca como cineclub, hacer pequeñitos ciclos de corrientes y que la presenten, mucho intercambio con el público, eso lo estamos preparando, va a salir un libro de los 50 años en un par de meses, entonces ahí vamos, vamos a tirar la Cineteca por la ventana”.
¿La Cineteca de Chapultepec va a tener la misma programación que la casa matriz?
“Sí, porque estás cubriendo un público que no viene a esta Cineteca por la distancia, entonces, digamos todo el público de allá del Poniente va a tener este espacio espléndido para que vayamos encontrando un nuevo público, pero ahí sí no sabemos cómo nos va a ir, eh, empezamos de cero, pero yo creo que con buena promoción se aceptará que es una buena posibilidad de oferta cinematográfica, y además está quedando muy bonita.
“Toda esta cuestión de Chapultepec es muy impresionante, la bodega de arte, por ejemplo, en el auditorio, enfrente había un estacionamiento que no se podía usar por un litigio, ahora ya no hay estacionamiento, hay dos teatros más, se va a integrar todo el circuito cultural que empiece en la primera sección con los museos de Antropología, Arte Moderno, el Auditorio y termina con la Cineteca”.
¿Han considerado abrir una Cineteca al norte de la ciudad?
Sería ideal. Ahí en Lindavista, antes de la salida a Indios Verdes estaría ideal tener otra Cineteca, pero eso sí ya será en otra administración, pues lo veo imposible en este año. Esta ciudad es tan grande que merece cuando menos cuatro cinetecas, tener todo un circuito de cinetecas, seguir cubriendo los espacios, pero es un fenómeno único de esta ciudad, que tenga tanta oferta de un cine distinto.
Ya con 3 cinetecas operando, ¿habrá oportunidad de que haya un ciclo de El Santo en alguna de las sedes?
“Mire, le voy a decir qué pasa con El Santo, le voy a ser muy honesto, El Santo como un fenómeno sociológico es muy importante, ese tipo de cine de luchadores es un género de México, era muy comercial, mucha gente lo iba a ver y había quienes lo buscaba en otras partes, pero honestamente no son películas de calidad cinematográfica, no son películas artísticas, son películas para hacer dinero.
“Ahora, si tú lo ves en ese contexto como fenómeno sociológico, de un tipo de cine de los años 60 y 70 tiene mucho éxito comercial, nada más, es un mal cine, pero es un fenómeno sociológico para investigadores. Y bueno, los luchadores son muy populares, había cuadernitos de El Santo, habían programas los viernes de la lucha por televisión”.
