Vaya refrescada que le da la llegada del anime “Kaiju Nº 8” a los productos de entretenimiento sobre monstruos gigantes, hoy tan faltos de cualquier atisbo de ingenio en occidente, donde quizás salvo “Monarch Legacy of Monsters” de Apple TV, ya la única apuesta son los meros fuegos artificiales.
En esta adaptación del manga de Naoya Matsumoto dirigida por Shingeyuki Miya, con pleno conocimiento de causa y sin perder un mínimo de la espectacularidad destructiva que luce a través de secuencias trepidantes y perspectivas imposibles, no solo apuestan por equilibrar la acción, con el drama humano que le da solidez al relato, sino que juegan a dos bandas aludiendo a la tradición de los llamados “limpiadores” que secundan los asesinatos de los gangsters tipo “Pulp Fiction” (1994), pero llevándolos a gran escala como se apunta en los operativos científicos vistos en “Pacific Rim” (2013), para presentarnos a los encargados de recolectar los restos de carne, sangre y huesos de las criaturas, mismos que quedan desperdigados por la zona de desastre tras cada uno de los ataques.
Es en el contraste entre la mística y el glamour que rodea al equipo de defensa especializado, cuyos integrantes son tratados como celebridades por la población, quienes dicho sea de paso (a diferencia de lo que sucede con la reciente Godzilla y Kong), no se les desatiende y se muestra como es que dentro de la frivolidad y la evasión tratan de sobrellevar las consecuencias de vivir bajo constante peligro, y la labor de quienes tienen que limpiar intestinos colosales y otras viseras con su asqueroso contenido ante el cual también arriesgan su integridad física, que se teje el conflicto entre una solitaria y dolida capitana del ya mencionado escuadrón militar, y un frustrado aspirante a pertenecer al mismo que además de estar estancado como recolector y tener que lidiar con un nuevo compañero, establecerá un insólito vínculo con los monstruos.
Esta última circunstancia en la que la transgresión extrema de la naturaleza orgánica del protagonista va a la par de su desarrollo emocional para hablar de la interpretación del fracaso, la fidelidad con uno mismo y la responsabilidad de renunciar o no a sueños propios, es parte de las llamativas e inteligentes variantes con las que aquí se enriquecen el concepto, entre las que también se incluye el tratamiento de los llamados Kaijus residuales que a veces tienen una apariencia humanoide, y una serie de clasificaciones, reglas y sistemas que le dan identidad a la serie.
Todo transitando entre el horror con apuntes de ciencia ficción, y por supuesto con las respectivas explosiones cómicas que deforman la gestual y anatomía de los personajes propios de este tipo de animación. Sin duda estamos ante un verdadero festín para los amantes de las aventuras con monstruos gigantes, sin importar que sean o no iniciados en el anime y él manga. La serie está disponible en la plataforma de Crunchyrroll y cada semana llega un nuevo episodio.