Hace dos años Enrique Bunbury pensó que nunca iba a volver a pisar un escenario, tenía problemas de salud y no sabía la causa precisa, por eso la noche del sábado que se reencontró con 70 mil fans mexicanos en la Curva Cuatro del Autódromo Hermanos Rodríguez quiso disfrutar del presente.
“Hace cosa de dos años yo pensaba que esto no iba a volver a pasar, estar sobre un escenario cantándoles, afortunadamente, la vida te lleva por caminos raros que te traen sorpresas inesperadas y que no mereces.
“No saben lo agradecido que estoy de esta noche con ustedes y que se esté abriendo una nueva puerta para hacer unos conciertos más. No nos volvamos locos, hoy tenemos uno, vamos a vivir el presente, esto es lo que tenemos hoy, lo que tenemos seguro”, dijo emocionado a la mitad de su show en la Ciudad de México.
La tarde en la capital del país, con lluvia, auguraba que sería un espectáculo en el que los seguidores tendrían que aguantar mojarse u optar por impermeables; sin embargo, para las 21:05 horas que comenzó, ésta cesó.
Antes de la aparición del cantante se advirtió a los fans que sacaran lo menos posible su celular, pues se trataba de disfrutar del momento; sin embargo, casi todos ya tenían el dispositivo móvil en mano para captar la aparición de Enrique Bunbury, quien inició el espectáculo con “Nuestros mundos no obedecen a tus mapas”.
Como todo un rockstar, iba de un lado al otro del escenario, bailaba en los acordes más densos y proyectaba una energía que contagiaba a su público. Para la ocasión optó por pantalón, saco y playera negra, que conjugó con una mascada roja.
“México, buenas noches” fue el primer mensaje del cantante de 56 años y el saludo fue respondido con ovaciones de los presentes que le gritaban “Enrique, Enrique, Enrique”.
Cuando cantó “Despierta”, en las pantallas se proyectaron televisiones que transmitían algunas noticias. En una parte del tema invitó a cantar el coro a sus fieles fanáticos.
“México, qué maravilla, qué belleza verles a todos las caras hasta donde alcanza la vista. Muchas gracias por acompañarnos esta noche, una noche muy especial para mí y para Los Santos Inocentes por poderles cantar aquí en la Curva Cuatro, siempre hay una primera vez y ésta es la mía”, dijo Enrique Bunbury, quien durante todo el show contagió con su energía y ofreció interpretaciones cargadas de histrionismo.
Después cantó “El rescate”, una de las favoritas del público, porque la mayoría tomó su celular para grabarla.
Para “De todo el mundo”, Enrique Bunbury se bajó del escenario para saludar a sus fans, quienes emocionados se abalanzaron para tomarle la mano.
Después de esa muestra de cariño del cantante español, sonó uno de los clásicos de Héroes del Silencio, “Entre dos tierras”, que los 70 mil fans entonaron a todo pulmón.
A este tema le siguió un viaje al disco Flamingos, de inicios del 2000, con “Sí”, en la que portó una mascada roja de plumas y puso a bailar a los asistentes; además de “Lady Blue”, en la que el escenario se iluminó de azul para ofrecer un emotivo momento.
El cierre del show incluyó tres éxitos que han sido cruciales en la carrera de Bunbury: “Infinito”, “Maldito duende” (de Héroes del Silencio) y la emotiva “…Y al final”. Ésta última provocó un dejo de nostalgia en un concierto que fue un viaje por varias décadas.