En Irapuato, Guanajuato
La película Soy lo que nunca fui, de Rodrigo Álvarez Flores, que “explora las entrañas profundas de una familia disfuncional”, se alzó con el Premio a Mejor Largometraje de Ficción Mexicano en la ceremonia de clausura de la 27 edición del Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF, por sus siglas en inglés), la noche de ayer.
El jurado de la distinción destacó que la cinta presenta una mirada cercana “a la humanidad de sus personajes atrapados por la grieta de la incomunicación, la exploración de una narrativa que rompe con la manera de empujar la historia centrada en sus personajes y sus conflictos internos, con una extraordinaria selección de actores y unas interpretaciones que calan en la memoria”.
El premiado, quien fue ovacionado con aplausos y con gritos de “¡Arriba Tijuana!”, agradeció al GIFF por visibilizar y galardonar su ópera prima.
“Lo único que quería era poder compartir mi primera película, que habla acerca de cómo las acciones que comete alguien tienen efectos, habla de las fronteras, no tanto de cruzar un desierto sino tanto de las emocionales como físicas”, dijo sobre este filme que estuvo a “punto de caerse, nos tocó empezar con Foprocine, verlo desaparecer, filmar sin dinero”, agregó el realizador nacido en Tijuana.
Álvarez Flores aprovechó para solidarizarse con la actriz Ángeles Cruz, una de las protagonistas de la historia, quien recientemente en la Guelaguetza, en Oaxaca, se manifestó de manera pacífica para que se atienda a la comunidad de San Miguel El Grande, que se encuentra azotada por la violencia.
“Le pido a los asistentes que nos solidaricemos también con la comunidad de San Miguel El Grande, Oaxaca, y con nuestra actriz y compañera Ángeles Cruz, a quien también le agradezco muchísimo que haya visto el potencial de esta película. Definitivamente sin la participación de Ángeles, su guía, no nada más como actriz, sino como directora y amiga, me han hecho mejor persona”, expresó.
Soy lo que nunca fui sigue la vida de una familia dividida por las fronteras emocionales, por un lado, el deseo de ser felices y salir de la situación en la que se encuentran; y por otra, las decisiones que va tomando cada uno de los miembros, las cuales terminan impactando a todos.
Por su parte, en la categoría Mejor Largometraje de Ficción Internacional, la cinta premiada fue Mé el Aïn (Who Do I Belong To), de la directora canadiense Meryam Joobeur.
El jurado resaltó que la película “nos lleva a reflexionar sobre los temas más difíciles que puede vivir una madre, la naturaleza de un hombre entrenado para matar, un niño que vive estas violencias y estar arropado por sus padres…. Una mujer foránea que ha experimentado el odio, la misoginia y xenofobia”. Además, destacó que este año las historias que compitieron destacaron por retratar a los jóvenes e infancias.
La cineasta Meryam Joobeur no estuvo durante la ceremonia, pero mandó un mensaje a través de un video.
Mientras tanto, el Premio a Mejor Largometraje Documental Mexicano fue para Crónicas del otro norte, de Miguel León, director de origen español, quien agradeció el galardón y comentó que se inspiró en la narrativa del reconocido realizador Luis Buñuel.
Terminó su discurso con un emotivo mensaje: “Como dice Chavela Vargas ‘los mexicanos nacemos donde nos da la rechingada gana’“.
Otros galardonados fueron Eryk Rocha y Gabriela Carneiro da Cunha por The Falling Sky, en Mejor Largometraje Internacional; Mateusz Rybiński por Milasto Jézy (Hedgehog’s Dilemma), en Mejor Cortometraje de Ficción Internacional; y Serge García por El neceser rojo como Mejor Cortometraje Documental Mexicano.