Después de pasársela dando de tumbos por algunas décadas con una muy regular propuesta televisiva —“Crónicas de Sarah Connor”— y varias películas de las que poco puede rescatarse, una de las franquicias fílmicas más emblemáticas, la cual iniciará con la excelente “Terminator” de 1984, y que contará con una de las mejores secuelas de la historia en 1991; se revitaliza en “Terminator Zero” y recupera el nivel gracias a las posibilidades del anime manufacturado por Production I.G, pero sobre todo por que estas las ponen al servicio de una historia que tiene algo que contar, y se concentran en que el desarrollo de los personajes, así como las secuencias de acción, vayan a la par de los cuestionamientos con respecto al destino y las disyuntivas morales.
Es así como su relato de ida y vuelta entre el pasado reciente y el futuro de su ficción ubicado en 2022, donde el primero se define por una melancólica e inquietante mirada a la normalizada incorporación de los robots en la vida cotidiana de las grandes urbes, con las luces neón opacadas por la lluvia que pareciera anunciar el juicio final vaticinado para el 29 de agosto, y el segundo por las cruentas visiones apenas iluminadas con los tiroteos en tensas secuencias que toman la perspectiva del exterminador colgándose a sus espaldas, con los planos a detalle estirando la tensión al máximo; rebasa los estándares de la simple aventura.
Es a través de la contraposición de las desesperadas acciones de la resistencia que subleva su espíritu militar a niveles de fe casi religiosa, y el afán de quienes buscan cambiar el apocalipsis cibernético ante una sociedad de finales de los 90 convulsionada por otras amenazas como el deterioro ambiental, que en la trama sostenida por el secreto del por qué algunos saben lo que les espera décadas adelante, trascienden sentencias arrojadas como “El conocimiento es poder, el conocimiento es lo que nos hace libres del dominio” o “No debemos olvidar cómo funcionan las cosas, por que si lo hacemos no habrá quien las arregle cuando se descompongan”, y lo mismo vuelven a cobrar sentido no solo como referencias, frases conocidas como “Se avecina una tormenta” y “Ven conmigo si quieres vivir”, hasta encaminarse a dos preguntas: ¿Cual es el objetivo de cada bando? y ¿Vale la pena que la humanidad sobreviva?”.
Todo mientras se presentan nuevos personajes, incluyendo algunos protagonistas infantiles que gracias a la perfeccionada mezcla de encanto y dramatismo usual en el anime es que logran encajar en el concepto creado por James Cameron, amén de recuperar en las persecuciones la sensación de agobio irrefrenable, acompañado las escenas con los acordes de la banda sonora distintiva de la saga, mismos que regresan parsimoniosos a veces al unísono de acciones específicas, reencontrándose así con los fans para quienes aunque en “Terminator Zero” estrenada por Netflix, notaran que a veces no obedecen del todo las reglas físicas de los combates de hombre y robot según la obra original, hay muchas otras cosas que disfrutar en la que sin duda es una más que digna extensión.