Después de una espera de dos años, desde que se anunció la gira M72 World Tour, Metallica llegó ayer al Estadio GNP Seguros con una experiencia en 360 grados que convocó al público de la vieja escuela habituado a conciertos salvajes y en los que pocas veces se saca el celular, porque se trata de sentir el show. En las ocho pantallas circulares que se colocaron sobre el escenario se proyectaron imágenes de algunos de sus anteriores conciertos en México, después las luces se apagaron y se iluminaron de rojo para comenzar el esperado concierto con la potente “Creeping Death”, que hizo inmediatamente sacar el lado salvaje y oscuro de los fans. Lars Ulrich (baterista), Kirk Hammett (guitarrista) y Robert Trujillo (bajista) se encontraban en un extremo del escenario de 360 grados y en el otro se colocó James Hetfield (vocalista y guitarrista). El trash metal de la banda hizo que la mayor parte del público levantara el puño y cantara a todo pulmón el coro de esta primera canción. Con “Harvester of Sorrow”, cada uno de los integrantes se colocó en alguna parte del escenario para estar cerca de la mayor parte del público. Ya para “Leper Messiah”, la pasarela redonda del escenario se iluminó de azul y el final hizo vibrar con la maestría de Kirk Hammett en la guitarra. No faltaron las cabelleras moviéndose hacia adelante y hacia atrás. “Amigos, hermanos y hermanas”, fue el saludo que James Hetfield dio a los presentes, a quienes les dijo que estaba contento de verlos de nuevo, y no es para más: la última vez que Metallica estuvo en México fue en 2017, cuando celebró más de 30 años de trayectoria. Durante el espectáculo la energía de los integrantes estuvo presente y el sonido característico de la banda hizo que todo el estadio GNP Seguros vibrara. Cuando llegó el momento de “72 Seasons”, que da nombre al tour que convocó a Metallica, el sonido estridente hacía que quienes estaban hasta enfrente brincaran como en sus tiempos de juventud. El show también tuvo su momento muy mexicano cuando Kirk Hammett y Robert Trujillo tocaron una versión muy al estilo de Metallica de “La Chona”, de Los Tucanes de Tijuana, que puso a bailar a más de uno. “Hola México, ¿cómo están carnales?, es una gran fiesta. Si se saben esta canción ayúdennos a cantarla”, dijo en español Robert Trujillo antes de interpretar “La Chona”. Después llegó uno de los momentos más emotivos, al cantar “The Day That Never Comes”, que puso a brincar a todo el estadio con ese sonido de la batería de Lars Ulrich que resaltaba, y por supuesto, las guitarras de Kirk y James. Luego de ese viaje musical, tocó el turno de “Shadows follow” y la clásica “Orion”, esta última coreada por todos los fans. La potencia de Metallica se “respiraba” en cada rincón del estadio y al cierre de esta edición la energía estaba al 100 por ciento, aunque todavía faltaban temas como “Nothing Else Matters” y “Master of Puppets”. El domingo será el segundo concierto con un setlist totalmente distinto, el cual promete ser igual de épico e inolvidable que el de este viernes. En total serán cuatro las presentaciones que la banda dará en la capital mexicana.