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Britney Spears se quema el rostro tras una explosión en su casa: 'Mi cara estaba ardiendo' | VIDEO

La 'Princesa del Pop' aseguró que no quiso acudir a urgencias y prefirió tomar Tylenol para dormir después del accidente

Britney Spears se quema la cara.
Britney Spears se quema la cara. Especial

A pesar de que han pasado varios años desde que Britney Spears logró librarse de la tutela de su padre, la salud mental de la cantante aún preocupa a sus seguidores, pues no ha dejado de subir videos alarmantes en sus redes sociales.

Recientemente, la intérprete de 'Toxic' publicó un video en el que relata cómo una explosión en su casa le provocó quemaduras en el rostro, en unos momentos llenos de pánico y angustia durante la madrugada, lo cual atrasó la llegada de ayuda.

Britney Spears ha decidido dejar a un lado su carrera musical y actualmente se dedica a vivir su vida con tranquilidad, en su mansión, pues ya ha expresado que no desea continuar en la industria del entretenimiento y su último lanzamiento fue un libro de memorias.

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Britney Spears revela que se quemó el rostro en una explosión

Britney Spears contó a través de Instagram que vivió unos momentos de angustia cuando hubo una explosión en su casa hace seis meses, cuando ella trataba de encender la chimenea, algo que por lo regular hace su personal, pues no sabe muy bien cómo hacerlo.

“Estaba en mi habitación, encendí el fuego y, de repente, me explotó en la cara. Ya había hecho eso antes, pero esta vez lo tiré todo ahí adentro y, literalmente, me explotó en la cara. Me quemó todas las pestañas y las cejas, ¿ves este flequillo de bebé?”, dijo la cantante al señalar que su rostro parecía estar en llamas.

La mujer aseguró "mi cara estaba ardiendo" y destacó que la persona con ella no despertaba. También mencionó que pensaba que sus quemaduras serían de segundo o tercer grado, aunque esto no lo verificó.

Mencionó que el dolor se prolongó por varias horas y que en lugar de acudir a emergencias, prefirió tomar Tylenol para dormir: “Me dolía tocar el teléfono. Me dolía ponerme hielo en la cara. Me dolía que me tocaran. Esto ocurrió durante unas seis o siete horas. El dolor nunca desapareció. Era tan, tan, tan fuerte (…) Tylenol es como un gran, gran problema para mí. Es como un maldito Vicodin o algo así. Pero tomé tres y finalmente me dormí”.

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